El Día de Muertos es una de las tradiciones más arraigadas en México, país en el que se honra la memoria de sus seres queridos y se les espera en una fecha específica para que regresen a convivir con sus seres queridos que aún están en el plano terrenal.

Esta celebración arranca en dicho país desde el 28 de octubre (se le hace ofrenda a quienes murieron trágicamente), el 30 y 31 (a niños que murieron sin ser bautizados), explica el Gobierno de México.

Publicidad

El 1 de noviembre es el Día de Todos los Santos (corresponde a niños muertos) y el 2 de noviembre es el Día de los Muertos (todos los adultos).

Esta tradición ha sido difundida por muchos países de Latinoamérica, donde se ha replicado la acción de hacer los altares para conmemorar a los seres queridos que ya fallecieron..

Publicidad

Vista del Altar Día de los muertos Michoacán. Foto: EFE

¿Cuáles leyendas cortas para leer con los niños en el Día de Muertos?

Estos cuentos cortos compartidos por Guía Infantil son perfectos para leérselos a los más pequeños del hogar:

1. Flores de cempasúchil

Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo de México, vivían dos niños llamados Xóchitl y Tonatiuh. Eran los mejores amigos y pasaban todo el día jugando en las montañas. Tenían un lugar especial al que siempre iban, una colina llena de flores doradas que brillaban bajo el sol.

Un día, Tonatiuh se enfermó y, aunque Xóchitl cuidó de él, su amigo no pudo recuperarse y se fue al mundo de los espíritus. Xóchitl se sentía muy triste y sola, extrañando a su amigo. Entonces, decidió ir al lugar donde siempre jugaban y le pidió al dios del sol que le permitiera ver a Tonatiuh una vez más.

El dios, conmovido por su amor y tristeza, hizo que las flores doradas de la colina se convirtieran en un puente que unía el mundo de los vivos con el mundo de los espíritus. En ese momento, Tonatiuh apareció como una luz suave y cálida entre las flores.

Desde entonces, cada Día de Muertos, Xóchitl y varias familias ponen flores de cempasúchil en altares para guiar a las almas de sus seres queridos de vuelta a casa y que puedan visitarlos durante esa noche especial. Las flores de cempasúchil, con su brillo dorado, iluminan el camino para que los espíritus nunca se pierdan.

Día de Muertos: El significado del copal e incienso en el altar de muertos

2. La luz de los difuntos

En un pueblo mexicano, vivía una niña llamada Lucía. Todos la conocían por su valentía, pero había una cosa que le daba miedo: la oscuridad de la noche. Cada Día de Muertos, su familia montaba un hermoso altar con fotos, comida y velas que se encendían al caer la tarde para sus seres queridos que ya no estaban.

Un año, durante la celebración, una tormenta apagó todas las velas. Lucía, asustada por la oscuridad, no sabía qué hacer. Su abuela le había contado muchas veces que las velas ayudaban a las almas a encontrar el camino de vuelta a sus casas, y sin ellas, los espíritus podrían perderse.

Lucía decidió salir bajo la lluvia para buscar más velas. Corrió por el campo oscuro, cuando de pronto vio pequeñas luces doradas brillando entre las tumbas. Eran luciérnagas, que comenzaron a seguirla. Mientras avanzaba, las luciérnagas formaron un sendero que la guio de vuelta a su casa.

Cuando llegó, las luces se posaron sobre el altar, iluminándolo nuevamente. Las almas pudieron regresar, y Lucía ya no sintió miedo, pues comprendió que nunca estaba sola. Desde entonces, cuentan que las luciérnagas, conocidas como ‘las luces de los difuntos’, ayudan a guiar a las almas durante el Día de Muertos.

(I)

Te recomendamos estas noticias