Si usted es el designado oficial para realizar las carátulas en los cuadernos de los pequeños de su familia, tarjetas de felicitación o simplemente le gusta trabajar de forma manual con papelería como pasatiempo, quizás aún no ha descubierto que este hobbie podría convertirse en un medio de ingresos.

La guayaquileña Karen Tugendhat así lo cuenta en esta entrevista, durante su participación en la cuarta edición de Creatón, jornada enfocada para quienes quieren ampliar sus conocimientos y adquirir nuevas técnicas de lettering, costura, sublimación, pintura, organización de eventos y manualidades, incluyendo tarjetería. La cita tiene previsto desarrollarse hasta este domingo, 24 de septiembre, en el hotel Oro Verde.

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Tugendhat lleva doce años involucrada en este mundo donde la creatividad es la base de todo proyecto. Antes de convertirse en krafter (persona especializada en manualidades, papelería y lettering) su vida laboral transcurría en una oficina con una jornada rutinaria que la mantenía lejos de casa y de su familia.

“Lo que a mí me motivó a entrar a este mundo de manualidades fue que yo fui mamá muy joven. A mis 20 años mi hija tenía dos cuando entré a trabajar. Yo sentía que la dejaba botada y me busqué un ingreso que pudiera hacer desde casa para poder estar junto a ella. Entonces empecé con la tarjetería fina, desde casa, a trabajar”, cuenta sobre el origen de su actual carrera.

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En ese entonces, relata, no contaba con las máquinas y herramientas con las que desarrolla sus creaciones y que facilitan su labor. “En un viaje me compré una máquina troqueladora para hacer las manualidades. El primer año no pude hacer casi nada porque no sabía cómo usarla, no había YouTube ni tutoriales para aprender a hacerlo por videos, así que en un segundo viaje tomé unos cursos y talleres, después de un año. Me instruí con la gente de la tienda especializada”, detalla.

De ese tiempo, su primer pedido de invitaciones lo hizo para una tía. “La mejor publicidad siempre será el boca a boca porque de lo que realizas alguien siempre pregunta, y así se van haciendo una referencia de tu trabajo y se da a conocer. De ahí comencé a dar talleres para enseñar a utilizar las máquinas. Y desde hace diez años me enfoqué a los talleres y microtalleres”, dice la emprendedora de 43 años.

Durante la Creatón, las participantes tuvieron un taller práctico con nuevas técnicas de sublimación. Foto cortesía

Comenzó con tarjetería, luego se inmiscuyó en lettering (arte de dibujar letras a mano utilizando distintas técnicas) y ahora trabaja con resinas, globos y fiestas infantiles. “Todo este mundo te va abriendo otras puertas. Y con el lettering vino esa tendencia superfuerte de las letras bonitas y aquí nadie lo hacía. Tenía una amiga que hacía unas letras bonitas, le pedí que me enseñe, pero me dijo que no le gustaba enseñar, así que tomé un taller online desde España. Ahora veo mis primeros trazos y eran feísimos”, recuerda entre risas.

Tugendhat antes de dedicarse a esta actividad, cuenta, trabajaba como diseñadora industrial en una oficina. “Trabajé en oficina una sola vez, no me hallaba en una oficina, hacía diseños de cocinas. Busqué la manera de estar con mi hija y tener mis propios ingresos. Yo comencé a capacitarme, fui autodidacta, comencé a investigar y a experimentar, y lo lindo de esto es que tienes un abanico de posibilidades en las manualidades. Tú puedes escoger o puedes tomar muchas herramientas de los talleres que aprendes y aplicarlas a tu emprendimiento”, menciona.

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Capacitarse es la respuesta de Tugendhat. “Hay que meterse en talleres para conocer, hay muchos sitios. En el caso de esta rama Polipapel da varios y yo estoy en ellos también, conseguir las herramientas y empezar con una cuenta en Instagram o red social para promocionar tu trabajo. No se aloquen, inviertan paso a paso para ir creciendo”, recalca.

Tugendhat enfatiza que el trabajo manual, como el lettering, ayuda además al desarrollo y fortalecimiento de la motricidad fina. “Los niños tienen mucha más confianza que los adultos que regularmente dicen ‘no puedo’ en el primer intento”, agrega. (I)