Pese a que debía mantener el secreto, una madrugada de 1942, en el Casino Crockford de Londres, Elvira de la Fuente -o Elvira Chaudoir- les contó a unos amigos que había conseguido un trabajo bien pagado, que le estaban enseñando un código del servicio secreto británico y que pronto la enviarían a Francia en una misión.