El pasado 22 de febrero se dio inicio la acostumbrada temporada de Cuaresma en la que los feligreses se preparan para conmemorar la muerte de Jesús y su resurrección.
Y, durante esta época, es común ver a la Corona de Cristo con sus llamativas flores rojas, una especie considerada un simbolismo por su semejanza con la corona de espinas que se le coloca al hijo de Dios para la crucifixión.
Publicidad
A pesar de que esta planta de Madagascar es más popular entre febrero y abril, sus flores pueden mantenerse hermosas durante todo el año y se adaptan a macetas y jardines pequeños.
Estos son los alimentos que por tradición se consumen durante la Cuaresma en Latinoamérica
¿Cómo cuidar la Corona de Cristo todo el año?
Tal como señaló Mejor con Salud, esta planta es fácil de cultivar, solo necesitas cumplir con algunos requisitos para que crezca hermosa y sana.
Publicidad
Mantenla en lugares cálidos
Al ser la Euphorbia milii una especie tropical, estas prefieren mantenerse alejadas de los climas más bajos de 35° centígrados.
Cuídala de plagas
La también llamada “Corona de espinas” es susceptible a las plagas e infecciones comunes. Si ves que sus hojas se tornan de un color café oscuro, significa que un hongo está afectándola.
Retira las que se encuentren en este estado y aplica aceite de neem como repelente de plagas.
Exponla al sol
Al menos durante tres horas al día, deja la planta en el exterior para que perciba los beneficios de los rayos solares, puede ser en una ventana o en algún lugar de tu patio.
Podar
Si tienes a la Corona de Cristo dentro de tu casa, lo ideal es que la podes cada cierto tiempo para controlar su crecimiento o quitar las zonas que se marchitaron.
Riego y abono
Los suelos secos o medianamente húmedos con buenos drenajes son los favoritos de esta planta y, si cumples con este requisito, no será necesario el abono. Por otra parte, si deseas que las flores sean constantes, puedes echarle un poco de fertilizante.
Para regarla solo debes fijarte en la superficie de la tierra e hidratarla si se encuentra seca, sin llegar a ahogar las raíces.
(I)