Con aspecto curioso y de mitología griega nació un perrito en Filipinas el pasado 6 de febrero. Se trata de Cíclope, al que bautizaron así por las malformaciones genéticas con las que vino al mundo: un solo ojo, dos lenguas y sin nariz. Estas peculiaridades genéticas no le permitieron vivir por mucho tiempo pese a los esfuerzos de quienes lo recibieron, ya que impedían que el cachorro pudiera respirar correctamente y amamantarse.