Algunas mascotas llegan a nuestras vidas inesperadamente. Aparecen en la puerta, solas o en brazos de alguna persona que piensa que somos buenos candidatos a darles un hogar.
A mi Amanda Chanel. Mi princesa, mi gordita hermosa, mi angelito de 4 patas. Siempre supe que tu tiempo en la tierra era corto, que eras un ángel prestado, pero aun así luchamos con todas nuestras fuerzas para que estés conmigo un poquito más, y me regales más tiempo. Catorce años no fueron suficientes, mi princesa, aún te siento cerca, a veces te llamo sin querer, si supieras el vacío que me dejaste.Mi gordita, cómo quisiera volverte a abrazar, nos quedaron muchos momentos por vivir, me hubiera gustado que estés cuando tenga bebés y que ellos jueguen contigo, eras puro amor, pero al final del arcoíris sé que te volveré a ver. Ahora solo me reconforta saber que ya no sientes dolor, que ahora juegas en las nubes y que nada te lastima. No perdimos la batalla, ganamos una eternidad juntas, nos volveremos a ver, mi princesa. Te ama por siempre tu mamá humana.Habiendo rescatado y perdido a varios por más de 15 años de labor a favor de los animales, les quisiera escribir a todos, sin embargo, tendré que escoger y lo haré con la pérdida más reciente, mi niña Joyita, una perrita mestiza de chihuahua de aproximadamente 16 años, según los veterinarios. La rescatamos hace 8 años y hace 6 meses cruzó el arcoíris, de una manera tan leal y buena hasta el final, espero poder contar toda su historia si me eligen.Siento no haberla comprendido del todo, tal vez en su adultez hacía cosas de cachorra y no supimos darnos cuenta. Su camita sigue ahí en su lugar y ahora Tigre, uno de mis gatos que jugaba con ella, la ocupa. También quisiera decirle que está en mi fondo de pantalla y cada vez que veo su mirada, siento mucho dolor. Trato de pensar que está bien, que ya no hay dolor ni sufrimiento y que cuando me toque a mí, estará ella ahí esperándome, y que le agradezco la forma en que se fue, tratando de que yo no sufra, haciéndome creer que se sentía mejor, no emitiendo una queja ni un lamento en sus últimos momentos, eso lo llamo amor.Escribo todo esto con lágrimas, pero también con emoción, porque sé que a través de estas líneas más gente querrá saber de Joyita, de su historia y de la enseñanza que me dejó en su paso por mi vida, la mayor de todas, la lealtad. Gracias a La Revista por dejarme contar y sanar un poco mi alma con este relato.Amada Nina: Hoy, como tantos otros días desde que te fuiste, quiero tomarme un momento para escribirte y expresar lo mucho que significas para nosotros. Aunque ya no estés físicamente a nuestro lado, siempre estarás en nuestros pensamientos y corazón. Recuerdo el día en que te rescatamos, tan frágil, viejita, extremadamente delgada, habías perdido un ojo debido a la maldad humana, nos conmoviste hasta las lágrimas por tu temor a todo y todos, incluso llegamos a pensar que no ladrabas...Pasaron los días y fue maravilloso ver tu transformación. Nunca imaginamos que pasaríamos tanto tiempo juntos, atrapados entre cuatro paredes por la pandemia, pero fue el destino el que nos unió en ese momento tan crucial.Al principio, pensamos que éramos nosotros quienes te estábamos salvando, dándote un hogar y una familia que te amara. Sin embargo, con el tiempo nos dimos cuenta de que en realidad eras tú quien nos estaba rescatando a nosotros. Tú nos enseñaste sobre el amor incondicional, la lealtad y la alegría pura. En medio de la incertidumbre y el miedo que trajo consigo la pandemia, tu presencia fue un rayo de luz que iluminó nuestros días de una manera inimaginable.Partiste repentinamente hace 9 meses y aún sentimos un inmenso vacío y tristeza en nuestros corazones. No hay un solo día en el que no te extrañemos. Tu ausencia se hace sentir de manera constante, pero también encontramos consuelo en los recuerdos maravillosos que compartimos. Cada paseo, cada juego... todo eso sigue vivo en nuestra memoria y nos reconforta.Nina, fuiste amada más allá de las palabras, nuestra pequeña Niní, gracias por todo lo que nos diste. Te extrañamos, te amamos y siempre te recordaremos con infinita gratitud. Con amor eterno,A la mascota que vive en mis recuerdos, a mi mejor amiga, Mía: ¿Qué le puedo decir a una perrita de suave pelaje amarillo? ¿Qué le puedo decir a esos grandes ojos negros? ¿Qué le puedo decir a ese corazón gigante? ¿Qué le puedo decir a mi mejor amiga que está en el cielo, que se fue muy temprano de la vida en la tierra?Te puedo decir gracias. Gracias por amarme con tus 4 patitas peludas, gracias por estar cada vez que llegaba del colegio, con tu colita moviéndose de un lado para el otro, gracias por no dejarme sola cuando más triste estaba, gracias por compartirme tus juguetes y tus ronquidos, pero más que nada, gracias por hacerme tan feliz en tan poco tiempo.Fuiste mi perro del alma, ¿qué es un perro del alma? Es aquel con quien tienes una relación más allá que una simple mascota, es una compañía a nivel espiritual y emocional. Han pasado 5 años desde tu partida y te recuerdo a detalle, tu despedida aún nos duele a mi mamá y a mí, pero sé muy bien que pusiste en nuestro camino tres colitas nuevas para cuidar y rescatar, con eso estamos un poco más tranquilas, pero siempre pensándote.Extraño tus besos apestosos, extraño verte acostada en mi cuarto esperando que paren mis lágrimas, extraño sacarte a pasear y que un gato colme tu paciencia, extraño darte abrazos y que me quieras tanto que los toleres, extraño saber que me cuidabas de cualquier persona que entrara a la casa. A veces pienso en las cosas que pude haber hecho para cuidarte mejor, tal vez así aún estarías conmigo o nos hubieras durado unos años más.Lo último que puedo decirte, mi querida y adorada Mía, es que ojalá me estés esperando para que el día en que te vuelva a ver me reconozcas y me abraces como solo tú lo sabías hacer. Prometo llevar pelotas de tenis para jugar y un pancito para disfrutar.Mi Kahlua, mi niño precioso. No tengo palabras para explicar la falta que me haces, tengo un vacío en mi corazón al que solo tus recuerdos llenarán de alegría. Lo único que sé es lo agradecida que estoy con Dios que me ha regalado casi 14 años de tu vida, siempre juguetón, intenso, besucón y amoroso. Te llegué a entender con cada sonido que me hacías o solo con mirarme. Te imagino y aún te veo en cada rincón de la casa. La vida sin ti no va a ser lo mismo, valió la pena cada esfuerzo y malcriadez que hice por ti, aunque a veces me costaban retadas por mis papás o de Héctor.Desde el día en que naciste, cuando ayudé a tu mamá a romper la placenta, supe que me quedaría contigo y te elegiría una y otra vez, te amo, mi perro adorado, eres único e irreemplazable, nunca iba a estar preparada ni podía imaginarme la vida sin ti. Siempre serás mi tema favorito de conversación y seguiré contando las mil historias que tenemos.También estoy segura que hasta para ser perro hay que tener suerte y tú tuviste la mejor suerte, una familia que se desvivía por ti. Formaste parte de la mitad de mi vida, gracias por acompañarme tanto. Extraño abrazarte, besarte, extraño tu olor, tus orejas, tus ojos, esa mirada pura, tu trompita, tus patas, el sonido cuando corrías hacia mí, tus aullidos y tus ladridos roncos. Extraño la playa contigo, nada será lo mismo. Te amo por siempre, mi cachorrito, fuiste el mejor perro, algún día nos volveremos a encontrar. Sé que ya estás corriendo en el cielo. La única parte difícil de haberte tenido fue la de despedirme de ti.Mi chiquita Sami, me quedé con el corazón roto desde que te fuiste. Ya casi han pasado dos meses, pero no me acostumbro a la enorme ausencia que aún siento. Mi casa no es la misma sin ti. Cuando llego del trabajo ya no sales a recibirme, no escucho tus patitas ni tus ladridos, ya no cocino tu sopita, las tardes de paseos juntas terminaron, ya no hay galletas de premio ni besitos mutuos, ya no hay tus pelitos por toda la casa ni en la ropa…¿Cómo se reemplaza todo esto? ¿Cuándo deja de doler el recuerdo del día de tu partida? Me siento incompleta sin ti y aunque a muchos les parezca exageración, para mí fuiste muy importante, fuiste alguien y por eso el perderte me ha dolido tanto…Evito hablar de ti con ciertas personas, no todas están preparadas para entender este tipo de conexión. Pero jamás me desharé de lo que considero importante. Conservo tus cenizas, tu plaquita y otras cosas; no sé por cuánto tiempo, pero lo que sí sé es que el recuerdo que tengo de ti es eterno. Aunque pequeñita, ocupaste un lugar muy grande en mi vida… mi compañera de trabajo, de estudios, de viajes, de tantos momentos que ahora han quedado vacíos. Gracias por tanto amor y por este tiempo compartido que, sin duda, fue muy corto.Te extrañaré en cada momento y espacio que compartimos. Navidad no será lo mismo sin ti. Sé feliz en el paraíso, sé que estás allá. Y espérame, porque solo te me adelantaste nada más a ese paso que a todos nos tocará dar algún día. Gracias por todo el bien que me hiciste a mí, a mi hermano y a todos. Tu paso por nuestras vidas fue todo amor y por eso ahora te recuerdo con inmensa gratitud.","isAccessibleForFree":true}
Publicidad
Agradecemos a los lectores que acogieron nuestra convocatoria y escribieron lo que no alcanzaron a decirles a sus compañeros de cuatro patas.
Publicidad
Publicidad
Actualizado el
Algunas mascotas llegan a nuestras vidas inesperadamente. Aparecen en la puerta, solas o en brazos de alguna persona que piensa que somos buenos candidatos a darles un hogar.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
¿Tienes alguna sugerencia de tema, comentario o encontraste un error en esta nota?
En febrero Estados Unidos anunció el fin de la licencia de Chevron pero un mes después prolongó hasta el 27 de mayo.
Publicidad