Si un médico especializado necesita descartar o confirmar que su paciente sufre de diabetes, pedirá un examen de glicemia en el que se le tomará una muestra de sangre a la persona por la mañana. Si los resultados superan los 200 mg/dl y hay presencia de síntomas relacionados a esta enfermedad, se confirmará el diagnóstico y no pedirá más exámenes.