Para picar a sus víctimas, la principal señal que reciben los mosquitos se da por medio de la respiración. Los órganos olfativos del mosquito están en sintonía con el olor del dióxido de carbono, o CO2, que producimos cada vez que exhalamos. Los mosquitos pueden detectar a menos de 50 metros de distancia la exhalación que les dice que hay una posible presa para morder.