Cuando se trata de frutas se piensa en lo sabrosas que son o en cómo pueden ser el complemento perfecto para un batido. Sin embargo, hay algunas que van mucho más allá de satisfacer ese antojo. El tamarindo es una de esas joyas tropicales que, además de ser un placer al paladar, trae consigo un bagaje impresionante de beneficios.