En la búsqueda de una vida plena y saludable, muchos han emprendido un viaje hacia una alimentación más consciente. Uno de los desafíos más comunes es decir adiós al azúcar y a los edulcorantes artificiales, productos que pueden provocar una serie de problemas.

Afortunadamente, no estamos condenados a una vida sin placeres dulces. La naturaleza nos ofrece un amplio abanico de alternativas que nos permiten disfrutar de un sabor dulce y natural, sin poner en riesgo nuestra salud.

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Sustitutos del azúcar que ayudan a bajar de peso sin agregar calorías extras a la comida

¿Qué comer cuando me apetece algo dulce?

Las frutas son la mejor alternativa al azúcar y los edulcorantes. Foto: Freepik

De acuerdo con lo indicado por la nutricionista Sandra Molinoa a We Life, las personas que buscan alternativas más saludables al azúcar y edulcorantes tienen a su principal aliado en las frutas, especialmente aquellas que son naturalmente dulces.

La banana, las fresas, el mango, las manzanas, entre otras, son ideales, por ejemplo, para combinar con yogur, batidos o ensaladas frutales.

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Otras opciones que son bastante efectivas son los ingredientes aromáticos, específicamente aquellos que se caracterizan por su olor suave y dulce como la vainilla y la canela, que se pueden usar en batidos o café. Igualmente, la pimienta de Jamaica y la nuez moscada son otras especias que pueden aportar un delicado sabor dulce a cada preparación.

¿Por qué sustituir el azúcar y los endulcorantes?

El azúcar y algunos edulcorantes aumentan el riesgo de sufrir problemas de salud. Foto: Freepik

La ciencia lo confirma: el azúcar y los edulcorantes activan mecanismos en nuestro cerebro que generan un impulso casi compulsivo por consumirla, creando un círculo vicioso donde cuanto más la comemos, más la deseamos, generando un efecto rebote.

Rica en vitamina C, ideal para bajar de peso, ayuda a reducir el dolor de huesos y rejuvenece, esta es la superfruta que debes consumir

Así lo aseguró la nutricionista Molinoa, quien indicó ese círculo vicioso, al final, puede contribuir al desarrollo de diferentes enfermedades o condiciones como la inflamación, la resistencia a la insulina o incluso la diabetes tipo 2, tal como señala We Life.

(I)

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