Nuestros riñones, esos órganos silenciosos ubicados en la parte baja de la espalda, son maestros del equilibrio hídrico. Su función principal es filtrar la sangre, eliminando toxinas y productos de desecho, y regulando la cantidad de agua y electrolitos que nuestro cuerpo necesita.

Sin embargo, en ocasiones, ya sea por problemas propios de estos órganos o por daños externos, como un daño a la glándula pituitaria o al hipotálamo, los riñones no son capaces de ejercer correctamente su trabajo de concentrar la orina.

Esta alteración en su funcionamiento puede dar lugar a una condición conocida como diabetes insípida, según el Hospital San Rafael.

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¿Cuáles son los primeros síntomas de la diabetes insípida?

Las ganas de orinar excesivas podría ser una señal de diabetes insípida. Foto: freepik

La diabetes insípida no se manifiesta con los típicos síntomas de la diabetes mellitus, como la elevación del azúcar en sangre. En cambio, esta condición se caracteriza por un desequilibrio hídrico que se manifiesta principalmente de dos maneras:

  • Poliuria: La producción excesiva de orina diluida, se traduce en una frecuencia de la micción a cada hora, incluso durante la noche.
  • Polidipsia: Una sed insaciable que impulsa a la persona a beber grandes cantidades de líquidos para intentar compensar la pérdida de agua.

Así lo indica Mayo Clinic, servicio de información médica que resalta que estos dos principales síntomas pueden desencadenar otros como la deshidratación, debilidad, náuseas, vómitos y confusión a causa del desequilibrio de los electrolitos; trastornos del sueño por el aumento de la micción.

Orinar mucho y sed constante: ¿Cuándo son signos y síntomas de diabetes?

¿Qué hacer si se presentan estos síntomas?

Se debe acudir a un médico para evitar las complicaciones graves que causa la diabetes insípida. Foto: Freepik

Si presenta alguno de estos síntomas, es fundamental consultar con un médico para obtener un diagnóstico preciso y oportuno para luego recibir un tratamiento acorde, dependiendo de si se trata diabetes insípida central o nefrogénica.

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Esto se debe a que la primera requiere medicamentos que atiendan los problemas en la producción, almacenamiento y liberación de la hormona antidiurética, mientras que la nefrogénica implica un tratamiento específico para los riñones, como indica el Hospital San Rafael .

Acatando las recomendaciones de un especialista es que se pueden prevenir complicaciones asociadas a esta enfermedad, como hipotensión, daño renal y shock cardiogénico, además de un mayor riesgo de trombosis.

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