Cuando compres huevos y llegues a la casa, por favor, no los laves. Si lo venías haciendo, conocerás por qué debes parar esa práctica.
Los huevos “son porosos, tienen agujeritos y si los lavamos se corre el riesgo de arrastrar la suciedad hacia el interior de los huevos. Hay unos ‘bichitos’ que pueden atravesar la cáscara y llegar al interior, donde van a encontrar un caldo de cultivo rico y nutritivo para multiplicarse hasta el día que decidamos usarlos”, informa Boticaria García, doctora en Farmacia y nutricionista.
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La manera más saludable de cocinar el huevo sin hacer que pierda su valor nutricional
Cuando la gallina pone el huevo, este contiene una capa protectora que cubre el exterior, explica el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Esa capa, dicen expertos, “mantiene los huevos frescos por más tiempo”.
Evita guardar los huevos en sus cartones o planchones “porque esos cartones son utilizados en las granjas y pueden tener restos de excrementos u otras bacterias”, indica también Jéssica Ramírez, en video difundido en redes sociales.
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Señala que cuando dejes los huevos en otro recipiente estarás cerrando posibilidades al desarrollo de una contaminación cruzada.
También sobre los huevos en Univisión citan a Science of cooking, donde explican que la cáscara de este alimento está cubierta con hasta 17.000 poros diminutos por los cuales pasa el aire y la humedad. No obstante, a pesar de tener esta superficie porosa, también cuenta con una capa externa delgada, conocida como cutícula, que mantiene alejadas las bacterias y el polvo del interior del huevo.
Cómo limpiar los huevos
Entonces, si te preocupan las plumitas y otros “cuerpos extraños” en la cáscara de los huevos qué debemos hacer, preguntan a Boticaria García.
Hay 2 opciones, comparte la doctora en Farmacia.
1. Limpieza en seco. Quita la suciedad con un trapo o toallín (papel de celulosa).
Después, los almacenas hasta el consumo.
La razón por la que no debes guardar los huevos en la puerta de la refrigeradora
2. Lavas los huevos, pero justo antes de cocinarlos. Si haces esto, “no le darás tiempo a los ‘bichitos’ que se cuelen, lleguen adentro y se multipliquen a su antojo”.
Cocínalos, sin miedo, y buen provecho. (I)