Los embutidos, al final del día, no son tan malos -para la salud- como los pintan. En este tema hay matices que valen la pena aclarar para ir colaborando y ayudar a bajar la “mala fama” que ese grupo de alimentos tiene. “No todos los embutidos son malos”.
Así lo señala la especialista Angélica Jiménez, conocida en redes como la “Doctora Metabólica”.
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¿Los embutidos causan cáncer?
El consumo de cárnicos, listos para llevar, ni el de embutidos “por sí mismo no generan cáncer colorrectal”, indica Jiménez.
Enfatiza que Alemania, Italia y España son los líderes consumidores de este tipo de procesados y, “sin embargo, estos países no encabezan las cifras de cáncer colorrectal como sí sucede en Estados Unidos, Nueva Zelanda, Brasil y otras naciones de Latinoamérica”.
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Los embutidos no son los responsables por sí mismos de generar cáncer en la célula.
Explica que son los nitritos, los nitratos, las aminas y el hierro hemo los que en realidad han demostrado en estudios serios que sean los responsables de cambiar la célula y que esta se convierta en cancerosa en el tracto gastrointestinal.
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Indica la “Doctora Metabólica” que en Italia, España y Alemania se acostumbra a hacer los embutidos de manera artesanal, caseros y orgánicos, por eso generalmente no tienen los ingredientes citados.
Para la especialista Angélica Jiménez, no todos los productos son malos.
¿Qué se debe hacer?
La doctora Angélica Jiménez propone:
- Revisar siempre los empaques y que digan “sin nitritos, sin nitratos”.
- Detallar la lista de ingredientes, para que te cerciores de que no tengan nitritos, nitratos, amina ni hierro hemo.
- En caso de que compres, por ejemplo, bacon, un producto cuyo ingrediente es la piel de cerdo aconsejar mirar la textura del embutidos, no tienen que verse unformes, de un solo color ni perfectos. “Si los consigues congelados es porque no tienen conservantes”, informa.
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El consumo de estos productos, dice Jiménez, “sin estos químicos dañinos” tiene un impacto en la salud “completamente distinto, así que ya sabes lo que debes hacer, para comer sin miedo, y cuáles debes evitar a toda costa”. (I)