Por qué aparece el orzuelo y cómo evitar que se repita, una cuestión de higiene y paciencia

Un bulto doloroso en el párpado aparece de repente y arruina el mejor día. Puede estar ahí unos pocos días o resolverse en cuestión de una semana; pero a veces vuelve a aparecer en el otro ojo o en el mismo sitio.

El orzuelo puede ser externo (en el borde externo) o interno (hacia el globo ocular). En ambos casos es terriblemente incómodo. ¿Por qué aparece? Es un granuloma inflamatorio de las glándulas del párpado, donde se produce una secreción sebácea que contribuye a la lubricación del ojo. Cuando el drenaje se obstruye, hay inflamación, y a eso se suma una infección que, usualmente, es por la bacteria estafilococo.

Los síntomas son dolor e hinchazón del párpado, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo y secreción. El doctor Pedro Grijalva Cevallos, especialista en oftalmología pediátrica y de adultos del Hospital de Los Valles, en Quito, explica que el tratamiento en casa empieza por aplicar compresas de agua simple o de manzanilla, tibia, para favorecer el drenaje.

“La idea es que madure, se abra un puntito como una espinilla y se cure espontáneamente”, esto debería ocurrir en el curso de una semana. Pero si hay mucha inflamación del ojo que se irradia hacia los pómulos y la cuenca del ojo, se añaden antibióticos tópicos y orales.

¿Qué pasa con los remedios tradicionales? La creencia popular señala que la aplicación de hielo, una cuchara u otro objeto metálico helados puede ayudar. Pero el optómetra Julio Trespalacios, de Óptica Los Andes, explica que el frío puede contraer el párpado y el calor podría quemarlo. No sugiere ninguno de los dos. “Lo que se recomienda son compresas de agua tibia, que harán que se abra el poro y empiece a drenar el líquido acumulado”.

Para las personas que se preocupan por la inflamación o por la posibilidad de que quede un bulto en el párpado, Trespalacios recalca que es un poro infectado que en unos días se abrirá y se limpiará, en un proceso natural. El especialista solo tendrá que intervenir para drenar en caso de que el abultamiento se endurezca. “Pero esos casos son mínimos”.

Al orzuelo, generalmente, no se le pone medicamento. Las compresas podrían acelerar el proceso, pero tal vez un día, como máximo, considera el optómetra. “Algo para el dolor, y pañitos tibios”.

¿Por qué se presentan los orzuelos y por qué vuelven?

La bacteria Staphylococcus aureus está en el ambiente, y nos contamina cuando nos frotamos los ojos con las manos sucias y cuando la inmunidad está debilitada por estrés o por alguna enfermedad, indica el doctor Trespalacios.

Condiciones inadecuadas de higiene, enumeradas por Grijalva: el uso compartido de maquillaje, tocarse los ojos sin haberse lavado las manos y cuadros preexistentes de blefaritis, que es un proceso inflamatorio crónico de los bordes de los párpados.

Sí hay orzuelos a repetición, en personas que están más propensas. “Los gérmenes colonizan las raíces de las pestañas, en especial el estafilococo. Cuando hay una base inmunitaria o falta de higiene o uso inadecuado de cosméticos, cuando no se limpia completamente el maquillaje, la infección se vuelve recurrente. “Sobre todo cuando hay bajas inmunológicas después de una enfermedad que puede ser gripe o blefaritis”. Aquí, el tratamiento está enfocado a desinfectar el borde de los párpados con una solución espumosa a base de aceite de árbol de té.

¿Está relacionado el orzuelo con la condición de la piel llamada rosácea? En este trastorno, que afecta parcialmente la cara, puede haber mayor susceptibilidad. “Hay una alteración en el sistema inmunitario que hace más propensos a los que la tienen”, indica Grijalva.

¿Es contagioso el orzuelo?

“Eso no se puede transmitir”, dice el oftalmólogo Grijalva. Pero sí se puede prevenir con el lavado correcto de manos, uso de maquillaje de buena calidad, que sea estrictamente personal, hacer una limpieza al final del día para quitar todos los productos cosméticos y, para quienes sufren constantemente de esta infección, el uso de las espumas limpiadoras, que son de venta libre.

Además si usted está pasando una enfermedad infecciosa o tiene propensión a las alergias o blefaritis, busque el tratamiento médico para estas afecciones y para que le recomienden la suplementación que necesita.

Trespalacios dice que solo deberíamos acudir al especialista por el orzuelo cuando es repetitivo, porque podría estar ligado a un problema de párpado, de inmunidad o de uso repetitivo de materiales contaminados. “Cuando estamos inmunosuprimidos y no tenemos higiene, se puede tapar un poro (del párpado) tras otro”.

En cuanto a las medidas de higiene, la principal es no frotarse los ojos, lavarse las manos y la cara con agua y jabón, así como respetar los tiempos de cambio de los lentes de contacto.

Mientras esté inflamado el párpado es conveniente no maquillarse ni utilizar lentillas, para prevenir la aparición de nuevas infecciones. “Esta no es contagiosa, a diferencia de la conjuntivitis. No es algo que le impida realizar sus actividades normales”, menciona el optómetra. Uno o dos días de estar en casa, con una limpieza suave que puede ser con champú para bebés, permitirá que las molestias se vayan pronto.

Recomendaciones para desmaquillarse correctamente

Recuerde empezar por lavarse siempre las manos antes con agua y jabón, no con alcohol. Las usuarias de lentes de contacto deben quitárselas de desmaquillarse.

Utilizar un algodón ligeramente humedecido en el producto de limpieza para quitar la sombra de ojos y el delineador; también hay toallitas y espumas de limpieza palpebral. Para quitar la máscara de las pestañas es mejor usar un hisopo, siempre humedecido en limpiador.

Elija productos hipoalergénicos en forma de leche limpiadora. Deje que el producto penetre unos segundos. No se frote con fuerza. Dedíquele el mismo tiempo que usó para aplicarse el maquillaje de ojos y pestañas.

Limpie siempre en el sentido de las pestañas: párpado superior, de arriba a abajo. Párpado inferior, de abajo a arriba. Enjuague con agua fría, seque y aplique productos hipoalergénicos nutritivos e hidratantes. (I)