El hipo es un espasmo que ocurre cuando el diafragma se contrae de forma involuntaria, se cierran las cuerdas vocales y se expulsa un sonido. Esto le puede ocurrir a cualquier persona, sin importar su edad, y para tratarlo se usan varios “trucos” populares, como apretarse los oídos mientras se toma agua, taparse la nariz o asustarse. Pero si de bebés se trata, el panorama es otro.
Causas, complicaciones y tratamiento del hipo
La pediatra y asesora de lactancia Andrea Cardona Moreno explica cómo tratar estos espasmos en los más pequeños sin perjudicar su salud.
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Con respecto a los neonatos, tener hipo es común, asegura, y sucede igual que con los adultos: el diafragma del bebé se contrae empujando el aire de los pulmones, causando el cierre de las cuerdas vocales y produciendo ese sonido característico que preocupa a las madres, especialmente a las primerizas.
El hipo generalmente aparece en sus primeras semanas de vida, debido a la inmadurez del sistema nervioso y digestivo del niño. Puede ocurrir cuando el pequeño traga aire si come muy rápido o después de llorar. Por otro lado, también se asocia por cambios bruscos de temperatura.
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¿Qué causa el hipo? ¿Puede ser signo de alguna enfermedad?
Cómo calmar el hipo del bebé
El primer paso que aconseja Cardona es verificar la temperatura del niño, es decir, el adulto debe comprobar que el ambiente no esté muy frío.
En general, la temperatura ideal para un bebé durante el día, mientras esté activo, es de entre 20-25 grados; y durante la noche, alrededor de 18-20 grados, ya que al estar abrigado y quieto produce calor y él mismo se protege contra las bajas temperaturas.
Además, el adulto a cargo debe evitar que beba o succione leche materna o el biberón con mucha rapidez. “Si es necesario, se deben hacer pausas para evitar que trague mucho aire, como medida preventiva”, indica. Luego deberá sacarle los gases y utilizar la succión intuitiva, como el chupón, para evitar el hipo.
Según la pediatra, no es necesario cambiar la postura del bebé mientras se está alimentando. “Durante una alimentación con lactancia materna sería suficiente verificar el arranque que tenga un buen sello entre la boca del bebé y el pezón para evitar la entrada de aire; así mismo, estar haciendo pausas en caso de que el bebé esté alimentándose muy rápidamente para evitar tragar aire, (y con ello) la generación de gases”, dice.
Con respecto a los trucos tradicionales que aplican los adultos, la especialista advierte que no es recomendable tapar la nariz del bebé en ningún momento, ya que es su principal forma de respirar. “Los niños no saben respirar bien por la boca, por lo que sería una causa de ahogamiento si usamos ese método como forma de mejorar el hipo en los bebés”. Tampoco se debe dar agua, ya que los primeros seis meses los neonatos solo deben consumir leche materna o, en su defecto, leche de fórmula.
Lo que sí se puede hacer es ayudar al bebé a expulsar los gases en posición vertical, sin embargo, asegura: “Solo si el hipo es permanente, entonces, será necesario visitar al pediatra, debido a que habría que descartar algunas causas patológicas del hipo como el reflujo gastroesofágico”, advierte la especialista. (I)