La fibromialgia es un síndrome que se caracteriza por dolor crónico en todo el cuerpo. Además, causa fatiga y trastornos del sueño y del estado de ánimo. Generalmente, se la asocia con mujeres adultas, pero afecta también a niños y adolescentes, en especial a las chicas.

En los jóvenes, la fibromialgia se manifiesta durante un período crítico del desarrollo del cerebro. Las investigadoras María Suñol y Marina López Solá, del Pain and Emotion Neuroscience Laboratory de la Universidad de Barcelona, publicaron los resultados de un estudio en la revista Arthritis and Rheumathology, en el que analizan las alteraciones cerebrales que se producen en las primeras etapas de la fibromialgia juvenil.

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María Suñol y Marina López Solá, miembros del Pain and Emotion Neuroscience Laboratory de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud y el Instituto de Neurociencias de la Universidad de Barcelona. Foto: Universidad de Barcelona

El trabajo de Suñol y López Solá ayudará a identificar factores de riesgo y a probar la eficacia de distintos tratamientos para revertir esas alteraciones cerebrales.

Entre las conclusiones del estudio está que:

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  • Las adolescentes afectadas por la fibromialgia juvenil (34 casos en este estudio) tienen menos sustancia gris en una región cerebral decisiva para el procesamiento del dolor. Habría un uso excesivo de los circuitos cerebrales encargados de procesar el dolor.
  • Las jóvenes con más síntomas muestran un aumento de volumen en regiones frontales del cerebro relacionadas con la creación de narrativas sobre uno mismo y con el procesamiento y la regulación de emociones.

“Estos descubrimientos refuerzan la necesidad de considerar estrategias terapéuticas dirigidas a modular la actividad en estos circuitos, para revertir las narrativas perjudiciales que las pacientes pueden tener de sí mismas”, detalla María Suñol, primera autora del artículo.

Algunas alteraciones cerebrales de la fibromialgia juvenil coinciden con las identificadas en mujeres adultas con la misma condición. “Por tanto, es importante potenciar el estudio temprano y guiado de la patología en adolescentes, para prevenir la transición de la fibromialgia juvenil a la adulta”, comenta la profesora López Solá.

“La adolescencia es un periodo de gran vulnerabilidad, pero también de grandes oportunidades”, compartió Suñol. “Avanzar más en la investigación en el dolor crónico en adolescentes es crucial para desarrollar herramientas neurobiológicamente orientadas para el diagnóstico temprano e intervenciones que prevengan la transición a dolor crónico adulto”. (I)