Un grupo de cardiólogas de América Latina y el Caribe ha trabajado desde 2018 en la Guía de práctica clínica de la Sociedad Interamericana de Cardiología sobre prevención primaria en la enfermedad cardiovascular en la mujer, enfocada en resolver el problema de las enfermedades cardiovasculares, principal causa de mortalidad en hombres y en mujeres en esta región.

El manual preventivo, publicado este año por la revista Archivos de Cardiología de México y también por los portales científicos PubMed/Medline y Scopu/Sciverse, está liderado por la cardióloga argentina Mildren del Sueldo, con la participación de la cardióloga dominicana Claudia Almonte, la cardióloga brasileña Alayde Mendonca y la cardióloga clínica ecuatoriana Patricia Delgado Cedeño.

Publicidad

El documento está disponible en linea en el sitio de Archivos de Cardiología de Mëxico.

Cuide su salud mental: en la enfermedad cardiaca hay factores de riesgo emergentes: la depresión, la ansiedad y el estrés. Foto: Shutterstock

De las enfermedades crónicas no transmisibles, la enfermedad cardiovascular está a la cabeza y van en aumento, si se analiza las últimas cinco décadas, dice la doctora Delgado. “Pero tienen el 80 % de probabilidad de ser disminuidas, porque son prevenibles, y coincidimos que la piedra angular para disminuir la mortalidad en la mujer en América Latina es generar metas y puntos a tratar sobre cómo tratar los factores de riesgo.

Publicidad

Hay tres grupos de factores de riesgo. Los tradicionales, como la obesidad, la hipertensión arterial, la diabetes, la hiperlipidemia, el sedentarismo y el tabaquismo; pero también los riesgos emergentes: la depresión, la ansiedad y el estrés, así como haber recibido tratamiento oncológico (quimioterapia y radioterapia, que generan cardiotoxicidad). También es frecuente en mujeres de ingresos económicos bajos el uso de combustibles como carbón, leña y queroseno, y el humo genera impacto pulmonar y cardiaco. Las enfermedades autoinmunes (lupus, artritis reumatoidea), que conducen a la enfermedad coronaria. “Que una mujer tenga una enfermedad autoinmune nos hace pensar que tarde o temprano va a llegar a tener una enfermedad cardíaca; queremos alertarlas a cuidar el corazón”.

Y en el último grupo están los factores de riesgo específicos de la mujer, relacionados con su perfil hormonal, tanto en la etapa fértil como en la menopausia.

Algunas aplicaciones y dispositivos usables permiten medir su actividad cardiaca y su desempeño físico durante el día. Foto: Shutterstock

La guía tiene entre sus objetivos que los médicos de todo nivel tengan acceso a ella para poder sospechar de esos factores e iniciar conductas preventivas y de tratamiento. “Solo la detección oportuna hace que estas enfermedades se prevengan; por ejemplo, ciertos trastornos hipertensivos solo ocurren durante del embarazo y el puerperio, como la preeclampsia y la eclampsia, dejan condicionantes para que en algún momento de la vida de esa mujer aparezca la hipertensión sostenida y avance hacia hipertensión arterial”. Otras condiciones que predisponen son la diabetes gestacional y el síndrome de ovario poliquístico, que se sospecha en toda adolescente o mujer joven con obesidad.

“Hay que tratar el síndrome de ovario poliquístico, porque esa mujer joven tiene una alta probabilidad de tener enfermedades cardiovasculares en la etapa adulta; es más frecuente que aparezca la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, y debemos alertarla para que se cuide desde temprana edad”, indica Delgado.

  • El cambio en el estilo de vida empieza por la alimentación. “Toda mujer debe tener una dieta saludable, con cinco condiciones: rica en verduras, en frutas, en cereales, en pescado y en alimentos con bajo contenido de grasas saturadas”.
  • Esto se complementa disminuyendo la ingesta de alcohol y dejando de fumar. “Toda mujer que fuma está predispuesta a tener infartos”, señala la doctora Delgado, docente de pregrado y tutora del posgrado de Cardiología en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo.
  • Otro requisito es el ejercicio, de 50 a 300 minutos a la semana, si son ejercicios de fortalecimiento muscular, y hasta 150 minutos si es ejercicio de alto impacto”. (I)