El consumo excesivo de alcohol y alimentos ricos en ácido úrico, la obesidad y la hipertensión arterial son factores que pueden poner en riesgo nuestra salud y causar enfermedades cardiovasculares o del hígado.

Otro problema relacionado a estos factores es la gota, una afección que tiene como síntoma característico la presencia de insoportable dolor nocturno en las articulaciones del dedo gordo del pie, la rodilla o el tobillo, los cuales pueden estar acompañados de dolor, sensibilidad y, en ocasiones, fiebre.

Cuando las personas han sufrido esta condición por varios años, se pueden desarrollar protuberancias debajo de la piel y alrededor de las articulaciones, las cuales solo pueden extraerse quirúrgicamente.

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¿Qué es la gota?

Los episodios de dolor en el dedo gordo del pie son causados por la gota. Foto: Freepik

La gota es “una enfermedad producida por la acumulación de cristales microscópicos de ácido úrico en las articulaciones que provocan artritis”, según Cuídate Plus. Se tratan de ataques o episodios de dolor que pueden durar unos días y repetirse cada 6 o 12 meses.

No existe una forma de prevenirla ni una cura definitiva, pero es posible controlar sus síntomas mediante el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, inhibidores de la producción de ácido úrico y de una dieta baja en alimentos que contienen purina, como los pescados azules, carnes rojas y mariscos.

Este medio también destaca que esta afección se divide en tres tipos:

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  • Pseudogota: Un trastorno causado por los depósitos de cristales de pirofosfato de calcio dihidratado en las articulaciones.
  • Aguda: Cuando la gota solo afecta a una articulación.
  • Crónica: Cuando los episodios de gota son repetitivos, causan inflamación y afectan a más de una articulación.

¿Cómo se diagnostica la gota?

Los análisis de sangre son una forma de diagnosticar la gota. Foto: Freepik.

Los médicos pueden basarse en los síntomas del paciente y en la apariencia de la articulación afectada para llegar a un diagnóstico oportuno, tal como publicó Mayo Clinic.

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Además, se realizan análisis del líquido sinovial, análisis de sangre, radiografías, ecografías y tomografías computarizadas para confirmar el diagnóstico y descartar otras condiciones.

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