A lo largo de los años el pan ha ganado mala fama, y pese a ser un alimento casi imprescindible en la dieta latinoamericana, los rumores sobre lo mal que le hace a nuestro cuerpo han incrementado.
Son casi interminables los mitos de los que se le ha señalado y también algunas verdades de los que es “culpable”. A continuación repasaremos algunas características que te brindarán repuestas sobre esa pregunta que no deja de resonar tu mente antes de meterte un bocado de pan al organismo “¿será que me engorda?”.
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El pan como “enemigo”
Lo primero que se debe recalcar es que demonizar o estigmatizar alimentos es un error que la cultura viene realizando en ciclos repetidos, especialistas insisten en que no existen alimentos perfectos.
“Precisamente, un patrón alimentario saludable (como el mediterráneo) consiste en una mezcla multicomponente de nutrientes que interactúan entre sí”, explica la doctora Mónica Katz, fundadora del Equipo de Trastornos Alimentarios del Hospital Dr. Carlos G. Durand y actual directora de la Carrera de Médico Especialista en Nutrición con Orientación en Obesidad de la Universidad Favaloro.
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El pan tiene una cantidad moderada de calorías y muy poca grasa. Asimismo, su alto contenido en fibra y carbohidratos ayudan a mejorar el funcionamiento del sistema digestivo y a controlar el apetito. Lo que sí “engorda” es el acompañamiento: jamón, chorizo, queso, chocolate. Y además el exceso de cantidades. El truco está en ajustar con qué comerlo y las raciones debidas.
¿Cuánto pan al día puedo comer y no subir de peso?
¿Y si como pan integral?
Los productos integrales son ricos en fibra, lo que los convierte en alimentos saciantes, pero, en ningún caso, facilitan la pérdida de peso. De hecho, el pan blanco y el integral proporcionan la misma cantidad de calorías. Pero el integral aporta con muchos más nutrientes.
Pan integral: beneficios para la salud y recetas para sumar fibra
¿La miga engorda más que la corteza?
Todo el pan se elabora de la misma manera, la única diferencia se produce en el momento del horneado, donde la parte exterior se deshidrata y queda más compacta. Por tanto, las distintas partes del pan contienen la misma cantidad de nutrientes y aportan las mismas calorías.
En el desayuno, ¿es mejor el pan o las galletas?
¿Cuánto debo consumir al día?
La recomendación se sitúa entre 200 y 250 gramos.
¿Todos los tipos de harina son iguales?
La harina para hacer pan es rica en proteínas y, por consiguiente, posee un alto contenido en gluten. Es harina de trigo y se conoce como harina de fuerza.
La harina normal o multiusos es la que se utiliza para cocinar. Suele contener entre un 8% y un 10% de gluten y es mucho más fina que la de fuerza. La harina de pastelería es mucho más fina y ligera con un alto contenido en almidón. Es la que contiene menos gluten. La harina de espelta, importante en Asturias, posee un alto contenido en gluten, pero este tiene una composición diferente y es más fácil de digerir. (F)