Existe una enfermedad respiratoria que puede convertir cada noche en una pesadilla. Los ronquidos fuertes quizá sean la consecuencia más obvia de la apnea obstructiva del sueño (AOS), pero si no se sigue algún tratamiento para esta afección, puede provocar un amplio rango de complicaciones, como hipertensión, cardiopatías, disfunción hepática y diabetes tipo 2.