La hipertensión arterial es una de las enfermedades crónicas que a nivel mundial afecta a más de 75 millones de personas. La pregunta más repetida de los médicos a sus pacientes es ¿sufre de hipertensión? y el sí como respuesta es la más cotidiana en los consultorios.

Graybill Medical Group alerta sobre las consecuencias de esta afección recordando que las arterias son las que sufren al enderecerse y engrosarse por los altos niveles constantes de la presión arterial. De allí se originan las complicaciones con diversas obtrucciones que evitan el paso normal de sangre por el sistema circulatorio.

Publicidad

Cuando despertamos tendremos una tensión arterial más baja que estando en plena actividad del día, pues el cuerpo está relajado y concluyendo un descanso reparador, por lo que la presión no debería ser mayor a 120 (la alta) y 80 (la baja), aunque estos valores dependerán de variados factores dependiendo de cada persona, según explica SaberVivir.

Supervisar las cifras altas de presión es prioridad, luego de cada diagnóstico. Un tratamiento efectivo permitirá mantener al paciente controlado, pues se entiende que la sangre estará circulando a mayor velocidad lo que con el paso del tiempo desencadenará otras enfermedades crónicas. (I)

No duele, pero puede tener consecuencias fatales: la presión arterial alta es uno de los diagnósticos más frecuentes. Sin embargo, nadie está indefenso: los afectados pueden hacer mucho al respecto.
La presión arterial se puede controlar fácilmente con tensiómetros de muñeca. Lo importante es no dejar de chequearse. Foto: DPA