El café es una bebida que es tradicional consumirla en varios países ya sea por una práctica cultural como también como por ser un recurso agrícola que se genera a nivel productivo.

Un estudio publicado recientemente en la revista Neuropsychopharmacology comparó las características del consumo de café con bases de datos con las que se buscaba determinar si beber café era bueno o malo.

La investigación fue desarrollada por un grupo internacional de investigadores, entre ellos el Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de San Diego de la Universidad de California.

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Hayley Thorpe, autora principal del artículo y del Departamento de Anatomía y Biología Celular de la Facultad de Medicina y Odontología Schulich de la Universidad Occidental de Ontario, explicó que la idea que tenían era establecer conexiones entre los genes que se sabía que estaban asociados con el consumo de café y los rasgos o condiciones relacionados con la salud. Es por esto que se recopilaron los datos genéticos y cifras de consumo autoinformadas.

“Utilizamos estos datos para identificar regiones del genoma asociadas con si alguien tiene más o menos probabilidades de consumir café... Y luego identificar los genes y la biología que podrían subyacer al consumo de café”, explicó la especialista.

Los investigadores señalaron que existe una influencia genética en el consumo y aunque mucha gente le sorprende ya había indicios sobre esta relación.

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“Teníamos buenas razones para sospechar, a partir de artículos anteriores, que había genes que influyen en la cantidad de café que una persona consume... Por eso, no nos sorprendió descubrir que en ambas cohortes que examinamos había evidencia estadística de que se trata de un rasgo hereditario. En otras palabras, las variantes genéticas particulares que heredas de tus padres influyen en la cantidad de café que probablemente consumas”, refirió Abraham Palmer, profesor del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de UC San Diego.

Sandra Sánchez-Roige, Ph.D., profesora asociada del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de San Diego de la Universidad de California, explicó que esta era una de las preguntas que se buscaban responder, otra fue sobre si beber café era bueno o malo.

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Sobre esto no se encontró una respuesta concluyente. Tras la asociación del genoma de un grupo de 130.153 participantes de una investigación en Estados Unidos se comparó con una base de datos del Biobanco del Reino Unido de 334.649 británicos y se encontraron asociaciones genéticas positivas entre el café así resultados nocivos para la salud.

“Mire la genética de la ansiedad, por ejemplo, o el trastorno bipolar y la depresión: en el conjunto de datos de 23andMe, tienden a correlacionarse genéticamente positivamente con la genética del consumo de café... Pero luego, en el Biobanco del Reino Unido, se ve el patrón opuesto, donde están correlacionados genéticamente negativamente. Esto no es lo que esperábamos”, refirió Thorpe.

Una de las dificultades que se encontraon fue que en una encuesta se preguntaba sobre porciones de cinco onzas de café y en la otra simplemente se preguntaba cuántas tazas de café consume al día.

“Porque a diferencia de la altura, donde tu comportamiento realmente no tiene mucho que ver, tu comportamiento y las decisiones que tomas en tu entorno se manifiestan de varias maneras. Entonces la interacción entre el genotipo y el ambiente complica el panorama”, dijo Sánchez. (I)

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