La presión arterial alta o hipertensión es una condición que afecta a muchas personas y que puede tener graves consecuencias para la salud, como infartos, derrames cerebrales y otras complicaciones.
Cuál es la mejor posición para bajar la presión arterial rápido
Por eso, la Clínica Mayo recomienda controlar la presión arterial regularmente, al menos cada dos años desde los 18 años, o más seguido si el médico lo indica.
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Además de seguir el tratamiento médico adecuado, existen algunas técnicas de relajación corporal y posturas que pueden ayudar a aliviar esta condición. Una de ellas es elevar los pies.
Subir los pies para bajar la presión arterial
Según el sitio web de Centerf For Vein Restoration, el centro de venas más grande de los Estados Unidos, elevar los pies favorece el retorno venoso, es decir, el flujo de sangre desde las extremidades inferiores hacia el corazón.
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“Sentarse o estar de pie durante largas horas restringe la circulación en las venas. Cuanta más sangre se acumula, mayor es la presión arterial en las venas. Poner los pies en alto reduce la presión al drenar la sangre acumulada en la vena”, indica el portal de salud.
También puede reducir la presión sobre las venas y prevenir la insuficiencia venosa crónica (CVI), una enfermedad que afecta a 25 millones de adultos en los Estados Unidos, según un estudio de la Asociación Americana del Corazón (AHA).
La insuficiencia venosa crónica se caracteriza por dolor e hinchazón en las piernas que puede dificultar las actividades cotidianas.
Estos son los ejercicios de tensión muscular que te pueden ayudar a reducir la presión arterial alta
Cómo subir las piernas para bajar la presión alta
El sitio web de salud mencionado anteriormente recomienda elevar las piernas por encima del nivel del corazón durante unos 15 minutos al día, preferiblemente en un lugar cómodo y apoyarlas sobre una almohada, una mesa o una pared, manteniendo la espalda recta.
Elevar las piernas puede ayudar a reducir la presión arterial en algunas personas, especialmente si se hace de forma regular. Sin embargo, no sustituye el tratamiento farmacológico ni las medidas preventivas como una dieta saludable y ejercicio físico. (I)