El cáncer de garganta, que afecta principalmente a la laringe y la orofaringe, es una enfermedad que no se puede subestimar. Síntomas aparentemente menores, como una ronquera persistente, pueden indicar una condición más grave y requieren atención médica inmediata.
Cómo prevenir el cáncer de garganta: consejos y recomendaciones sobre esta enfermedad neoplásica
Las estadísticas de 2024 proyectan alrededor de 58.450 nuevos casos de cáncer de orofaringe y 12.650 de cáncer de laringe. El tratamiento habitual incluye la extirpación quirúrgica de los tumores, señala The Healthy que cita cifras de la Sociedad Americana Contra El Cáncer.
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Ese mismo portal recomienda estar atentos a las señales de advertencia, como bultos indoloros en el cuello o ganglios linfáticos inflamados, que pueden revelar la presencia de células cancerosas.
Entre los síntomas adicionales de la enfermedad se encuentran el dolor de garganta, dificultad para tragar, pérdida de peso sin razón aparente, problemas respiratorios, anomalías visibles en la zona del cuello, sangrado de la garganta y alteraciones en la voz o claridad al hablar.
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¿Qué cáncer provoca ronquera?
La ronquera persistente puede ser un indicador de cáncer, como lo demuestra el caso de un paciente de 61 años.
Esta persona, tras notar un cambio duradero y áspero en su voz, fue derivado por su médico general a un especialista que, mediante endoscopia, identificó la presencia de cáncer, reporta The Healthy.
Roy C., quien padecía de reflujo ácido y sinusitis crónicos y fumador de toda la vida, inicialmente atribuyó su ronquera a estas condiciones preexistentes.
Sin embargo, tras dos meses sin mejoría, una visita a un otorrinolaringólogo y pruebas adicionales revelaron un tumor en la laringe, que afortunadamente no se había extendido más allá.
Enfrentando múltiples desafíos, especialmente económicos, reveló que pese al tratamiento contra el cáncer siguió trabajando para solventar los gastos. Agradeció el apoyo de un excelente equipo médico y explicó en qué consistió su tratamiento.
“Mi tratamiento incluyó siete semanas de quimioterapia y radioterapia simultáneas, con sesiones de radiación cinco veces por semana y quimioterapia semanal. La precisión en la radioterapia fue vital, enfocándose en el tumor y preservando el tejido sano, lo que fue esencial para proteger la calidad de mi voz”, reveló.
Roy aseguró que los efectos secundarios fueron menos severos de lo anticipado, gracias a la precisión en el tratamiento del cáncer.
“Los síntomas que enfrenté incluyeron dolor de garganta, dificultad para tragar y fatiga. A pesar de los retos, me siento profundamente agradecido por la limitada severidad de estos”.
Afortunadamente logró superar la enfermedad y, al día de hoy, en posteriores pruebas de rutina no hay rastro de cáncer de garganta. (I)
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