Si la comida es tu válvula de escape más recurrente para soportar la ansiedad y el estrés, debes revisar tu relación con la alimentación. En palabras directas, el hambre emocional es utilizar la comida para sentirse mejor, explica Alfemminile.
Todos, en algún momento, hemos comido más de lo que realmente necesitamos, o queríamos, pero para hablar de hambre emocional hay que tomar en cuenta la frecuencia y repetición de esta conducta. Bajo esa condición, las emociones negativas se compensan con la ingesta de alimentos.
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Cómo saber si tengo hambre emocional
Hay varios signos que nos avisan si estamos ante este tipo de conducta negativa: El apetito se potencia cuando se está triste o deprimido. La persona nunca se siente satisfecha ni llena y sigue comiendo sin poder parar. Frente a emociones negativas, recurre más a esta salida.
En este tipo de problemas, se desarrolla el deseo por alimentos particulares, como la comida chatarra y los dulces. Una vez que ha ingerido estos alimentos, se siente culpable. A quienes siguen este comportamiento, les cuesta expresar sus emociones. (I)
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