Conocer más, evitar complicaciones y hacer conciencia sobre esta enfermedad, que representa uno de los padecimientos más comunes en mujeres, son los principales motivos por los que se conmemora a nivel mundial, cada 24 de septiembre, el Día Mundial del Cáncer de Tiroides.
Según cifras del Global Cancer Observatory (GCO), el cáncer de tiroides ocupa el séptimo lugar en incidencia a nivel mundial, con más de 820.000 casos detectados desde el año 2022.
En Ecuador, este tipo de cáncer es el octavo más común, con un total de 30.888 nuevos casos detectados desde ese lapso hasta la actualidad.
¿Qué es y cómo se presenta?
De acuerdo con la Clínica Mayo, centro de salud especializado que se dedica a la práctica clínica, educación e investigación, el cáncer de tiroides es una proliferación de células que comienza en la glándula tiroidea, una glándula en forma de mariposa que se encuentra en la base del cuello, justo debajo de la nuez de Adán.
Al principio de la enfermedad es probable que no cause ningún síntoma; sin embargo, estos pueden aparecer una vez que comienza a avanzar.
Si el cáncer de tiroides evoluciona, puede provocar un bulto o nódulo en el cuello como una especie de abultamiento en la garganta, cambios o ronquera en la voz, dificultad para tragar, hinchazón en los ganglios linfáticos o dolor en el cuello y en la garganta.
Comienza cuando las células en la glándula desarrollan cambios en su ADN, por lo que es difícil prevenir la enfermedad. Sin embargo, cuando se detecta a tiempo se puede curar con tratamiento o una cirugía para extraer la glándula tiroides.
Algunos procedimientos y pruebas para diagnosticar el cáncer de tiroides son:
Examen físico: se examina el cuello del paciente para palpar los cambios en la tiroides como un bulto (nódulo).
Análisis de sangre de la función tiroidea: las pruebas que miden los niveles sanguíneos de la hormona estimulante de la tiroides y las hormonas producidas por la glándula tiroides pueden dar indicios al equipo de atención médica sobre su salud.
Imágenes por ecografía: Clínica Mayo explica que la ecografía usa ondas de sonido de alta frecuencia para crear imágenes de las estructuras del cuerpo. Para crear una imagen de la tiroides, el transductor de ecografía se coloca en la parte inferior del cuello. Para el centro de salud, el aspecto de un nódulo tiroideo en una imagen por ecografía ayuda al proveedor de atención médica a determinar si es probable que se trate de un cáncer.
Extracción de una muestra de tejido de la tiroides: durante una biopsia por aspiración con aguja fina, se extraen algunas células de la tiroides. Posteriormente, la muestra se envía a un laboratorio para ser analizada y allí un patólogo examina la muestra de tejido en el microscopio y determina si presenta cáncer.
Una prueba por imágenes que utiliza un marcador radiactivo: el centro de salud indica que se utilizan una forma radiactiva de yodo y una cámara especial para detectar las células cancerosas de la tiroides en el cuerpo. Se emplea con mayor frecuencia después de la cirugía para detectar cuáles pueden quedar. “Esta prueba es más útil para los cánceres de tiroides papilares y foliculares”, subraya.
Otras pruebas por imágenes: estas pueden incluir ecografía, tomografía computarizada y resonancia magnética.