¿Se imagina a un antepasado nuestro tomándose un batido détox después de atiborrarse a mamut? ¿O inyectándose bótox para parecer más joven que el de la caverna contigua? Habría sido digno de ver, ¿verdad? Ahora bien, ¿y si hubiesen tenido Instagram para compartirlo con el resto del mundo?