Para muchas familias, las noches de Navidad y Fin de Año son las más especiales para pasar juntos, por las tradiciones que cada fecha implica y porque son los días del año en que los integrantes se esfuerzan más por reunirse.

Por eso se convierte en un potencial conflicto para los grupos familiares cuando los hijos adolescentes desean pasar más tiempo con sus amigos y especialmente con sus parejas románticas durante estas fechas. Ciertamente esta época festiva trae consigo cuestiones relativas a las celebraciones, como a cuántas fiestas debería asistir el joven este mes; cuántas horas debería dedicar a cada evento; el tiempo que debería pasar en casa, entre otros planteamientos.

Uno de los temas que más suscita interés y preocupación por igual, reconoce la psicóloga clínica Sonnia Navas Gafter, es cuando el hijo o hija adolescente quiere pasar la Nochebuena o Nochevieja con su enamorado, sea en su casa o en la casa de él/ella.

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Cómo deben ser las visitas de los adolescentes enamorados

Las visitas entre adolescentes enamorado tienen que ser programadas, de acuerdo con las consideraciones de los padres de familia. Foto: Shutterstock

“No concuerdo mucho cuando las familias dan permisos muy rápidos (para que uno de los adolescentes pase en la casa del otro cuando tienen una relación) o toman una especie de liderazgo, pensando en que al adolescente hay que darle todas las facilidades para que se sienta cómodo en la relación”, opina Navas, quien es magíster en terapia familiar sistémica.

A decir de la especialista, el relacionamiento de los jóvenes debe darse paso a paso. “No estoy muy de acuerdo con eso, porque pienso que hay que hacer las cosas de paso en paso. Que llegue el chico a la casa o la niña reciba su visita, pero con los límites adecuados. Son enamoraditos y van a tener reglas”, sostiene la psicóloga.

Las visitas tienen que ser programadas, de acuerdo con las consideraciones de los padres de familia. “Hay que ser muy juiciosos en entender que a un adolescente uno no lo debe tratar como un adulto, porque no lo es. Los padres tienen que tomar cargo de esa responsabilidad y dar día y hora para el permiso, para que el adolescente comparta con su enamorada o enamorado en su casa, porque eso es lo primero que se espera, tener información de qué es lo que pasa en casa. Y siempre a la vista de los padres”.

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¿Dar o no dar permiso para que el adolescente pase Navidad con su enamorado o enamorada?

Qué hacer cuando nuestro hijo adolescente quiere pasar Navidad o Fin de Año con su enamorada o enamorado Foto: Shutterstock

“Pienso que un adolescente no está preparado para tomar este tipo de decisiones, que es pasar la Navidad o el Fin de Año en la casa de otra persona”, puntualiza contundentemente Sonnia Navas.

Según la terapeuta familiar, si los padres permiten esta situación están provocando que el adolescente crea que es una persona adulta y que él puede modificar las reglas de su casa. “Y no es así”, aclara Navas. “Los adolescentes avanzan de acuerdo con lo que los padres permitan”.

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Por eso, la terapeuta expresa de forma tajante: “No estamos hablando de adultos y no es nada saludable hacer que un joven se salte la etapa del ingreso a la adolescencia para convertirse en unos adultos. Eso no es real, no va a funcionar y no es bueno”.

“El adolescente está empezando a vivir un cambio hormonal, inclusive un cambio de ideas, otras motivaciones, otros intereses. Sin embargo, eso no significa que al adolescente varón se le va a permitir todo, como que se vaya de viaje, que se vaya a Montañita... Ni está listo para decir ‘okay, no voy a pasar esta Navidad o este Fin de Año con mi familia, porque considero que mejor paso con mi enamorada o con mi enamorado’. Eso es un error. Estamos saltando etapas”.

El cerebro de un adolescente no está completamente desarrollado. La corteza prefrontal, parte del cerebro es responsable del razonamiento y la toma de decisiones, todavía se está desarrollando. Foto: Shutterstock

Es importante recordar que el cerebro de un adolescente no está completamente desarrollado. La corteza prefrontal todavía se está desarrollando en los adolescentes. Esta parte del cerebro es responsable del razonamiento y otras funciones ejecutivas, como la toma de decisiones. Por lo tanto, aunque los adolescentes parecen lo suficientemente maduros para mantener una conversación razonable, es posible que sus cerebros no lo sean. Por lo tanto, es más probable que discutan o sean irrespetuosos.

Sin embargo, una discusión no siempre es mala. Hay maneras de tener una discusión saludable y constructiva y maneras de tener discusiones destructivas e hirientes.

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Para una discusión justa y beneficiosa dentro de una familia, explica Michael Rubino, doctor en Filosofía en Terapia Matrimonial y Familiar en California, ambas partes deben cuestionarse primero qué es lo que les molesta o incomoda. Luego, cada tema debe discutirse uno a la vez sin usar un lenguaje ofensivo o degradante. En lo posible, expresar los sentimientos con palabras adecuadas y hacerse responsable de esas emociones (es decir, saber que cualquier cosa que dice tiene consecuencias). Hablar por turnos y respetar el tiempo de cada persona.

No encerrarse ni rehuirse a seguir en la discusión solo porque piensa que es la forma más fácil y cómoda de responder en estos momentos. No gritar, pensando que eso le hará ganar la discusión; en realidad, eso solo lo empeora.

Finalmente, si la discusión se torna muy densa o muy “caliente” para continuar, lo mejor es tomarse un descanso hasta que las emociones “se enfríen”.

Visitas navideñas de los adolescentes enamorados

Qué hacer cuando nuestro hijo adolescente quiere pasar Navidad o Fin de Año con su enamorada o enamorado Foto: Shutterstock

Lo ideal y adecuado, recomienda la psicóloga, es que los progenitores más bien den el permiso para que la joven pareja, en una fecha cercana a la Navidad o Año Nuevo se citen en un lugar apropiado y se feliciten o se abracen. O que se vean en la casa de los padres de cualquiera de ellos, pero siempre bajo supervisión y límites.

Otra mediación es invitar al chico o a la chica a compartir algo, como irse a tomar un chocolate y charlar. Pero nunca enfrentar el tema como una situación más grande o grave de lo que es, “porque un adolescente pasado mañana se enamora de otra niña o la niña también de otro chico”.

Por ese motivo, Navas tampoco recomienda irse al otro extremo, de negar por completo el permiso de que los jóvenes enamorados quieran estar juntos por la Navidad. “Esas regulaciones inflexibles no funcionan, es un tema de buscar un término medio y es un tema de hacer entender al adolescente de que en casa hay límites”.

¿Se puede quedar a dormir en la casa del enamorado/enamorada?

Un adolescente debe dormir en su casa, nunca en la de su enamorada o enamorado, porque es un menor de edad. Foto: Shutterstock

Aprovechando la coyuntura del tema y que es una circunstancia que podría plantearse, Sonnia Navas Gafter recuerda que en términos generales un adolescente debe dormir en su casa, nunca en la de su enamorada o enamorado, primero porque es un menor de edad, y porque se sobreentiende que en su casa han marcado los límites de la relación que se está teniendo.

“En lo personal, no soy amiga de pensar que un muchacho de 14, 15, 16 años esté listo para asumir una relación seria. Cualquier padre de familia, cualquier mamá, sabe que el muchacho o la muchacha va a cambiar de opinión, va a tener otra idea. ¿Cuál será el precedente? Que si ya se quedó a dormir en esa casa y mañana será un hábito y se dormirá en otra casa. En la parte del desarrollo personal de la autoestima, del arraigo a su familia, del respeto a lo que los padres digan, todo eso se pierde y de eso no se trata”. (E)