Cuando el capítulo de una relación amorosa llega a su fin, nos encontramos en una encrucijada emocional que puede ser desafiante y, a menudo, confusa. Las emociones se desbordan, las preguntas se acumulan y, en medio de la tormenta, surgen decisiones cruciales que pueden definir nuestro bienestar a largo plazo. Una de esas decisiones, que a menudo se pasa por alto o se malinterpreta, es la práctica del “contacto cero”.

La idea detrás del contacto cero es simple, pero poderosa: consiste en establecer una distancia emocional y práctica con una expareja después de una ruptura. En lugar de mantener una comunicación continua, el “contacto cero” implica cesar todo tipo de interacción, ya sea por mensajes de texto, llamadas telefónicas o presencia en las redes sociales. A primera vista esta estrategia puede parecer extrema o incluso cruel, pero a medida que profundizamos en su importancia descubrimos que se trata de una herramienta valiosa en el proceso de recuperación emocional.

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A continuación, por qué el contacto cero desempeña un papel fundamental en el viaje hacia la sanación después de una ruptura y cómo esta práctica, lejos de ser un acto de insensibilidad, se convierte en un faro guía que ilumina el camino hacia un futuro más brillante y emocionalmente saludable.

Los beneficios psicológicos del contacto cero después de una separación

Mantener el contacto cero después de una ruptura amorosa puede ofrecer una serie de beneficios psicológicos que juegan un papel fundamental en el proceso de recuperación emocional. Aquí exploraremos tres de los beneficios más destacados:

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1. Evitar la agresividad

Según la psicóloga ecuatoriana Sonnia Navas, uno de los beneficios más inmediatos de establecer el “contacto cero” es la prevención de conflictos y agresividad innecesarios. Las emociones después de una ruptura suelen estar a flor de piel, y las interacciones con una expareja pueden desencadenar discusiones acaloradas, resentimiento y hostilidad. Al mantener una distancia saludable, se reduce la posibilidad de confrontaciones que solo intensificarían el dolor y la frustración de ambas partes.

2. Permitirse poner en orden sus ideas

El contacto cero brinda el espacio necesario para la introspección y el procesamiento de emociones, destaca Navas. Tras una separación, es común sentirse abrumado por un torrente de sentimientos contradictorios. Al distanciarse de la expareja, se permite el tiempo y la tranquilidad para reflexionar sobre la relación, comprender las propias necesidades y deseos, y comenzar a sanar. Esto es esencial para recuperar la claridad mental y emocional.

3. Refugiarse en la familia sin juicios

Otro beneficio del contacto cero es la oportunidad de buscar apoyo en la familia sin temor a juicios o críticas. Durante una ruptura a menudo necesitamos el respaldo de nuestros seres queridos. Al mantener distancia de la expareja podemos abrirnos más sinceramente con la familia y amigos, lo que nos permite recibir el apoyo emocional necesario para atravesar la transición con mayor fortaleza.

El contacto cero es una actitud que adoptan algunas personas para tomar distancia de una expareja con quienes han mantenido relaciones tóxicas y dependientes, ya sea porque les hace daño mantener el contacto con esa persona, porque ha costado mucho terminar esa relación o está costando mucho avanzar. Foto: Shutterstock

El proceso de duelo y los resultados positivos

El proceso de duelo después de una ruptura amorosa generalmente se extiende a lo largo de aproximadamente seis meses. s. La distancia emocional permite el cierre gradual de heridas emocionales y proporciona un ambiente propicio para sanar.

Riesgos de no mantener el contacto cero

Cuando no se mantiene el contacto cero después de una ruptura, los riesgos aumentan significativamente. Los conflictos entre la expareja pueden intensificarse, y las ideas de una posible reconciliación suelen surgir. Estas ideas pueden generar dolor y confusión tanto para los individuos como para el sistema familiar en su conjunto. Los intentos de reconciliación a menudo son impulsados por la nostalgia y la vulnerabilidad emocional, lo que puede resultar en decisiones precipitadas y arrepentimiento a largo plazo.

Lidiar con la soledad y la nostalgia que a veces acompaña a la decisión de mantener el contacto cero

La decisión del contacto cero es una decisión muy difícil porque se debe lidiar con todos los sentimientos dolorosos relativos al duelo emocional. Es la razón por la cual se debe estar seguros/as de que es la decisión que se desea y se debe tomar, antes de ponerla en práctica.

“Esas emociones dolorosas operan como lo harían las sustancias adictivas, a las cuales el cerebro se ha habituado, hasta convertirse en parte de su bioquímica cerebral y es a lo que conocemos como una “adicción”, que exige a la mente y al cuerpo; y al no conseguirla, se experimenta un malestar importante, conocido como abstinencia”, explica la psicóloga clínica Glenda Pinto.

Es decir, la toma de distancia es el equivalente a una fase de abstinencia, en donde voluntariamente se priva de un objeto que en algún momento de la relación le generaba placer y del que probablemente le esté costando separarse por la misma razón.

Y consecuentemente existirá un impulso a la búsqueda o contacto con esa persona en particular. Con esto se pretende decir que inicialmente habrá una resistencia a mantener el contacto cero, ya sea en la persona que lo aplica, a la persona a quien se le aplica o en ambos.

Lo que significa que ese mismo malestar emocional puede sabotear la decisión del distanciamiento afectivo, como una solución para evitar el dolor de la soledad y la nostalgia.

Pinto sugiere que se debería “tener en cuenta que sentir temor a la soledad o nostalgia por la relación que se perdió es una situación absolutamente normal, aunque no por ello menos dolorosa y en algunos casos puede ser particularmente difícil, para algunas personas. Sin embargo, vale la pena sopesar las razones que los llevaron inicialmente a tomar la decisión del distanciamiento afectivo, para poder mantener la decisión del contacto cero, a pesar de las emociones desagradables que involucran este proceso”.

Rodearse de amigos con quienes pueda conversar, sin ser juzgado/a, buscar otras formas de entretenimientos e intereses, asistir a nuevos sitios que le despierten interés, retomar actividades o grupos sociales que había dejado de lado y también buscar ayuda profesional que le ayude a transitar el duelo por la relación son algunas de las recomendaciones para lidiar con la soledad.

¿Qué papel juega la comunicación con amigos y familiares en el proceso de mantener el contacto cero?

Los amigos y familiares desempeñan un papel fundamental para ayudar a la persona que se encuentra en esta situación de ruptura sentimental proporcionándole apoyo y fortaleciendo su decisión de distanciarse a superar este estado de duelo emocional.

Este grupo social funciona como el equipo de soporte emocional de la persona afectada, por lo que es importante en este caso mantener el respeto y la discreción sobre la situación de su familiar o amigo afectado.

Conscientes de esa aportación, este grupo social cercano debe estar informado de su decisión de terminar esa relación, para que puedan ayudar en este proceso y pedir su colaboración sobre detalles como: pedirles no mencionar a esa persona o lo que conozcan de ella, para que procuren no hacer comparaciones o insistir en asistir a ciertos lugares, que la persona considere le trae recuerdos de esa persona. Por lo menos mientras la persona involucrada lo considere necesario.

Pinto señala que es importante, explicarle en sus propios términos que esta decisión es su manera de sobrellevar la ruptura y de pasar página “y, por supuesto, usted tampoco debe preguntarles por su ex para que no se vean en la incomodidad de tener que contarle algún detalle que tal vez pueda causarle daño. Así evitará momentos incómodos que solo harán que vuelva atrás en su proceso de duelo”.

¿Cuándo es apropiado considerar una excepción al contacto cero?

Pinto da dos ejemplos de situaciones en las que se debe hacer una excepción. “El contacto cero podría no ser posible de manera estricta con personas con quienes debemos tratar de forma frecuente, como suele ser el caso de compañeros de trabajo o socios. También en el caso de tener hijos en común, pues en estos casos priman otros intereses sobre las motivaciones personales”, manifiesta.

Por ejemplo, en los casos laborales, es siempre lo más deseable tener buenas relaciones de comunicación que no dificulten o entorpezcan el trabajo que desempeñan.

En el caso de la paternidad compartida, también es necesario por el bienestar de los hijos, mantenerse en comunicación frecuente y respetuosa. Si estuviera en alguno de estos casos, entonces debe priorizar en qué aspectos o temas debe seguir compartiendo con su expareja y mantener un estricto control de esos aspectos. Sin permitirse por ello, hablar de sus asuntos personales, o de traer a colación recuerdos de vuestra relación del pasado. Por lo demás, debería seguir con sus nuevas rutinas o hábitos en los cuales no debe estar incluida esa otra persona.

Estrategias para establecer y mantener el contacto cero de manera saludable

Siempre habrá cosas buenas y malas en las relaciones y al terminar la relación, esas cosas buenas y malas seguirán estando presentes, “lo importante es recordar que cuando decidimos terminar generalmente es porque las cosas malas eran demasiado grandes, demasiado importantes, pesaban más que las buenas o se nos fueron acumulando durante mucho tiempo”, destaca Pinto.

Es común, pasado un tiempo, naturalmente a ir olvidando lo malo y “viene a nuestro recuerdo el fantasma de lo que perdimos, sobredimensionamos lo bueno y olvidamos lo malo, y muchas veces esta razón nos lleva a regresar a dinámicas que sabemos que no nos hacen bien o que tarde o temprano terminarán por caer nuevamente. Hay que evitar que sabotear nuestra decisión”, menciona.

Establecer y mantener el contacto cero de manera saludable requiere prudencia y planificación, especialmente si hay hijos involucrados. Navas menciona que en caso de que la relación involucre niños, es esencial abordar la situación con sensibilidad y consideración por su bienestar emocional. La forma en que se explique la ruptura debe adecuarse a la edad de los niños; en el caso de los más pequeños, se debe evitar proporcionar detalles que puedan resultar perjudiciales.

Para los adultos, el contacto cero es una prioridad, ya que puede facilitar la recuperación emocional. Sin embargo, en situaciones donde hay hijos o adolescentes es importante manejar la situación de manera que no cause impactos negativos en ellos. En estos casos la comunicación entre los padres sigue siendo necesaria, pero debe ser llevada a cabo de una manera saludable y con el bienestar de los hijos en mente. La colaboración en la crianza, a pesar de la separación, es esencial para minimizar el impacto en los niños y adolescentes. (F)