Por mucho que digamos que valoramos la belleza interior de las personas por encima de su aspecto exterior, lo que vemos al conocer a alguien puede influir en cómo evaluamos el valor de la persona. Al menos, ese es el temor de muchos adultos con acné, lo que los lleva a evitar encuentros sociales o profesionales para que sus imperfecciones faciales no den una mala impresión o provoquen rechazo.