El cambio climático no es una amenaza futura, ya está sucediendo y cada niño del mundo va a experimentar las consecuencias. La Organización de la ONU para la Infancia (Unicef) prevé que para 2050 los niños y las niñas se verán profundamente afectados por tres fuerzas globales: el cambio demográfico, la crisis climática y el impacto de las tecnologías, según el informe Estado mundial de la infancia 2024.
Es probable que a muchos padres les resulte difícil hablar del cambio climático. Es natural querer proteger a los niños de aquello que les puede provocar dolor o preocupación. Sin embargo, si tu hijo ya tiene cierta edad, es posible que haya oído hablar del cambio climático en la escuela, en internet o entre sus amigos.
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No es sorpresa que los niños sientan una variedad de emociones ante el cambio climático, como ansiedad, miedo, tristeza y rabia. Estas son reacciones muy naturales a algo tan incierto y devastador como el cambio climático.
Si bien es imposible dar a los hijos la solución al cambio climático, sí se puede proporcionar información, asegurarles que no estarán solos y ayudarlos a encontrar formas de tomar medidas al respecto.
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Estos son algunos consejos que te ayudarán a entablar una conversación honesta y optimista sobre el cambio climático sin ignorar la realidad y la magnitud del problema.
1. Investiga. Nadie tiene todas las respuestas al cambio climático, así que no pasa nada si tú tampoco. En internet pueden encontrarse muchos recursos fiables, como charlas, videos y artículos que pueden ayudar a hacer un repaso de lo que dice la ciencia. La NASA cuenta con excelentes recursos adaptados a la infancia. Habla con otros padres y madres para saber cómo plantean ellos el tema con sus hijos. Recuerda que no pasa nada si no sabes responder a todas las preguntas de tus hijos. Considéralo una oportunidad para encontrar juntos las respuestas.
2. Escucha. Para empezar la conversación sobre el cambio climático con tus hijos, pregúntales qué saben y cómo se sienten con respecto a este tema. Puede que te sorprenda la cantidad de información que ya conocen y la forma en que la expresan. Aprovecha la ocasión para escuchar sus miedos y esperanzas en relación con el planeta. Dedícales toda tu atención y no les restes importancia a sus preocupaciones. Asegúrales que siempre pueden acudir a ti si necesitan hablar de cualquier tema.
3. Utiliza datos científicos sencillos. Tú eres quien mejor conoce a tus hijos, así que cerciórate de que la información es adecuada para ellos. Un buen punto de partida puede ser buscar formas de relacionar el cambio climático con su vida cotidiana y analizar juntos los datos básicos. Por ejemplo: “Los humanos queman combustibles fósiles (carbón y petróleo) para hacer funcionar los coches y los aviones e iluminar sus casas. Estas acciones emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera que envuelven al planeta en una especie de burbuja y provocan una subida de las temperaturas. Esto, a su vez, produce alteraciones en el clima, como el aumento de las inundaciones y las tormentas. A medida que el planeta se calienta, los casquetes polares se derriten y el nivel del mar aumenta. Es un problema grave, pero numerosos científicos y montones de jóvenes están trabajando sin descanso para encontrar soluciones y generar cambios positivos. Además, nosotros también podemos tomar muchas medidas”.
Las imágenes, los mapas y los videos pueden ayudarlos a visualizar el problema y hacerlo más tangible. Un excelente recurso es Climate Visuals, que ofrece una biblioteca de imágenes sobre el tema: desde los efectos del cambio climático hasta las soluciones.
4. Pasen tiempo al aire libre. Intenta exponer a tus hijos a la naturaleza todo lo posible. Si los animas a jugar al aire libre contribuirá a que disfruten y respeten la naturaleza. Cuando estén juntos al aire libre, deténganse a observar cosas interesantes, ya sea un árbol, una nube, una telaraña o un pájaro. El simple hecho de frenar el ritmo y dedicar tiempo a apreciar la naturaleza puede ayudar a los niños a desarrollar curiosidad y asombro por el entorno natural. Planten juntos unas semillas para comprobar cómo crece de donde no había nada.
5. Céntrate en las soluciones. Cada vez que hables con ellos de un problema intenta mostrarles una solución. Busquen juntos ejemplos de personas que estén trabajando en distintas formas de abordar el cambio climático. Hablen sobre historias positivas e inspiradoras que hayan visto en las noticias o en su propia comunidad.
También pueden hablar sobre las medidas que toman en su familia, como reducir los residuos, ahorrar agua, reciclar o apagar las luces o los aparatos que no estén utilizando. Esto ayudará a reforzar la idea de que todo el mundo puede poner de su parte para combatir el cambio climático. Propongan acciones en familia o en la comunidad. ¿Tienen la posibilidad de ir a pie o en bicicleta en lugar del auto? ¿Pueden plantar un árbol?
6. Empodéralos para que actúen. Los jóvenes de todo el mundo están emprendiendo sus propias iniciativas en defensa del clima y las están haciendo llegar hasta los gobiernos. Otros están creando nuevas formas de utilizar la energía de manera más eficiente, comparten soluciones a través de las redes sociales y participan en marchas semanales por el clima.
Explícales a tus hijos que los jóvenes están alzando la voz en defensa del planeta y que ellos también pueden hacerlo. Si muestran interés, cuéntales historias de jóvenes activistas contra el cambio climático.
Conocer a otros jóvenes y escuchar sus experiencias ayudará a tus hijos a sentirse empoderados para emprender sus propias acciones. Muéstrate receptivo a sus comentarios sobre el movimiento por el clima y la forma en la que decidan participar.
Fuente: Unicef