Tras arrasar en taquilla, la película El chico de los pantalones rosas ha llegado a las escuelas de Italia, convertida en un ícono de la lucha contra el acoso escolar en un país en el que el 20 % de los menores de entre 11 y 17 años lo ha sufrido, según los últimos datos recogidos por el Instituto de Estadística (Istat).

“Entran con pocas expectativas y salen llorando porque se conmueven al ver la película”. Así impacta el filme a los estudiantes, según relata Mirko Cazzato, de 22 años y fundador de MaBasta, uno de los movimientos contra el acoso escolar más importantes del país.

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El largometraje, dirigido por Margherita Ferri y estrenado en las salas en noviembre pasado, se convirtió en un éxito en las salas de cine italianas, donde durante una semana de noviembre encabezó el ranking de productos más vistos.

La historia está basada en un caso real de acoso y ciberacoso que terminó con el suicidio de la víctima, un joven italiano de 15 años llamado Andrea Spezzacatena, que sufría bulliyng debido a su forma de ser y su estilo de vestir.

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Sus acosadores crearon una página de Facebook en la que lo llamaban “el chico de los pantalones rosa” porque Andrea llevaba unos pantalones que su madre, al lavarlos, había aclarado por error.

A raíz del impacto de la película, el movimiento MaBasta encabezado por Cazzato aprovechó su tirón para proyectarla en los colegios e intensificar su lucha contra el acoso en las escuelas italianas.

“Es una historia que conocemos muy bien. A Teresa (la madre de Andrea y autora del libro en el que se basa la película) ya la conocíamos de antes, así que contactamos de inmediato con ellos para ver si podíamos colaborar”, explicó Cazzato.

“La película fue recibida de una manera que, en mi opinión, ni los que la hicieron se esperaban, porque realmente explotó en muy poco tiempo”, relató Cazzato, quien añadió que “todos los chicos se conmovieron al verla, incluso viendo los tiktoks que salen en las redes sociales”.

El movimiento MaBasta

Desde hace ocho años, MaBasta, que se denomina Movimiento Antibullying Animado por Estudiantes Adolescentes, recorre aulas en toda Italia. En ese periodo han ayudando a más de 12.000 víctimas y cerca de 650 acosadores, visitando más de 3.000 clases para llegar a más de 80.000 estudiantes.

La idea nació en 2016 en el instituto técnico Galilei Costa Scarambone de Lecce (en el sur de Italia), después de que uno de los profesores de Cazzato, que entonces tenía 14 años, contara a su clase el caso de una niña de 12 años de Pordenone (norte) que había intentado suicidarse debido al acoso escolar.

Representantes del movimiento MaBasta en un instituto en Lecce (Italia). Fotos: Facebook / MaBasta

En 2018, el movimiento comenzó a visitar escuelas en toda Italia para hablar con los estudiantes y crearon el modelo MaBasta, que incluye seis acciones simples que cada clase e incluso cada estudiante puede aplicar para prevenir y contrarrestar el acoso escolar, como un cuestionario para evaluar la presencia de este tipo de actitudes o la designación de dos estudiantes encargados de observar y reportar episodios de acoso.

“Las escuelas están tan comprometidas con el proyecto que cada año nos llaman. Vamos a muchas escuelas en las que ya hemos estado, pero siempre encuentran formas posibles de hacernos volver”, explicó Cazzato.

En los últimos años, MaBasta ha recibido innumerables premios y reconocimientos, incluidos internacionales, entre ellos la victoria en el concurso internacional para empresas sociales Open F@b de Bnp Paribas Cardif , la victoria como mejor start-up estudiantil, el Premio Terra del Sole, el Premio Búho. Hoy MaBasta está formada por 30 chicos y chicas de entre 14 y 17 años.

Los principios del modelo MaBasta contra el acoso escolar

El modelo puede ser adoptado tanto por una sola clase como por toda la escuela.

Todos los asesoramientos y actuaciones del modelo están dirigidos y realizados principalmente por estudiantes.

Adoptar y seguir el modelo no tiene costo. La información (formularios, cuestionarios y más) se descarga de forma gratuita del sitio web.

El movimiento se basa en dos principios:

  1. No hagas a los demás lo que no quieres que los demás te hagan a ti.
  2. Haz con los demás lo que te gustaría que otros hicieran contigo.

Los alumnos eligen en cada clase un profe MaBa (se aconseja formarse en el programa de la Plataforma Elisa, de la Universidad de Florencia, en italiano).

Foro con estudiantes de secundaria de Bisceglie (Italia), en febrero de 2024. Fotos: Facebook / MaBasta

Cada grupo elige un bulliziotto y una bulliziotta, estudiantes que tienen la capacidad de mantener los ojos y los oídos bien abiertos para descubrir cualquier brote. Esta es una tarea muy importante que se confía a los niños, porque son los primeros en notar e informarse de cualquier acción en clase y pueden intervenir rápidamente.

Se coloca en el aula o en la escuela un bullibox, una caja o urna donde donde cualquier persona, incluso de forma anónima, puede denunciar sobre cualquier situación o acción que se produzca en el aula. Será entonces responsabilidad del profe Maba verificar la veracidad y eventualmente actuar y tomar medidas.

También existe un bullibox virtual (llamado DAD) que está en el sitio web de MaBasta, que permite presentar denuncias desde el teléfono, la tablet o la computadora. El centro de escucha digital está siempre activo y recopila y envía informes al personal responsable de la escuela o a los expertos pertinentes (directores escolares, policía, psicólogos).

El objetivo es convertirse en una “clase desbullizada”, es decir, una clase en la que los estudiantes declaran que están libres de cualquier forma de abuso y, si alguna vez surgiera, sería neutralizado instantáneamente.

Mirko defiende que el proyecto MaBasta es exportable al resto del mundo, y explica que tienen una delegación en Francia y que a mediados de enero los chicos franceses vendrán a Lecce (sur), donde surgió esta iniciativa. Ellos llevan tres años promoviendo MaBasta en Francia, en su escuela, y desde este año también en una escuela vecina.

El próximo año, MaBasta creará tres nuevas sedes en el norte de Italia, en Milán, Turín y Trento, para seguir llevando su proyecto por todo el territorio y con la vista puesta en una futura expansión fuera del país. (F)