Su madre fue su musa. Creció viéndola trabajar en medio de telas, hilos y diseños que ella confeccionaba. Entonces, Bryan Mauro Bartolomé Méndez se encargaba de las compras de insumos, de las ventas y de la entrega de cada pedido que llegaba a manos de su progenitora. Sin embargo, toda la inspiración que sentía la mantenía oculta por temor a que sus ideas no fueran bien recibidas.