Tengo 35 años y hace dos me separé del padre de mi hijo. Seguimos solos, ninguno se ha vuelto a comprometer y tenemos muchas diferencias en nuestros caracteres y costumbres. Nuestro hijo tiene 10 años, es buen alumno, responsable, organizado, cuidadoso, pero eso es en mi casa, cuando vive conmigo, mi problema es que tiene dos mundos diferentes. En mi casa pasa de lunes a viernes, y el horario, el control, la responsabilidad y las reglas son mi forma de vida.