Hola, soy una mujer de 35 años con una hija de 12. Mi vida ha sido tranquila desde mi adolescencia, pero lo que viví en mi niñez me está afectando. Vi mucho maltrato físico de mi padre hacia mi madre. Mi única reacción era esconderme o buscar ayuda. Ahora yo no puedo defenderme de nadie ni ponerme a discutir si alguien me lastima o me agrede verbalmente, porque me pongo a llorar y no puedo refutar ni media palabra. ¿Necesito ayuda profesional? Creo que me marcaron para toda la vida.

Anónima

Estimada consultante:

Publicidad

De acuerdo a lo descrito por usted, le puedo mencionar que, si bien es cierto que lo ocurrido en nuestro pasado, sobre todo si son circunstancias creadas por terceros, no debería influenciar en nuestro presente, en ocasiones ocurren eventos que derivan en fijaciones traumáticas, las cuales llegan a definir nuestra personalidad, creando inconscientemente reacciones indeseadas, repetitivas y poco asertivas como mecanismos de defensa.

Además, no solo somos nosotros los afectados, sino que también se ven perjudicadas las personas cercanas. Y, en su caso particular, el bloqueo que presenta cuando se enfrenta a situaciones incómodas y negativas puede crear cierta inseguridad e inestabilidad emocional en su hija, como una repetición de patrones de conductas adquiridas en la convivencia.

Le sugiero acceder a psicoterapia, pues es en este entorno y junto con el profesional que podrá analizar con particularidad las distintas vicisitudes acontecidas en su vida; y lo más trascendental, adquirir técnicas resilientes, positivas y otra perspectiva más consciente de la validez de su personalidad, mejorando así su estilo de vida.

Psic. Andrea Villacrés Palacios, directora del Centro de Psicoterapia Bienestar (CPB)