Fui madre soltera, tuve dos hijas, no me comprometí para no darles mal ejemplo. Pero cuando la última niña cumplió 19 años conocí a un señor mayor de edad y nos casamos. Con los años mi hija mayor dejó a sus tres hijos con el padre, y con el pasar de los años, este también dejó a los niños abandonados a su suerte, pero como tengo corazón, los acogí yo.