Los tiburones sedosos son verdaderos viajeros, vagan por mar abierto y se sumergen a profundidades de más de 300 metros. Sin embargo, su tendencia a alimentarse de bancos de atunes y a pasar la mayor parte de su tiempo en aguas relativamente poco profundas (menos de 100 metros de profundidad) los hace extremadamente vulnerables a la pesca industrial, detalla un estudio realizado por la Fundación Charles Darwin (FCD) en colaboración con la Dirección del Parque Nacional Galápagos que se basó en marcaje satelital.