Los ecosistemas marinos han sido desde siempre una fuente de suministro para las poblaciones humanas, entre alimentos, materiales y medios de transporte. Los animales marítimos son de las especies más consumidas, algo que varía entre culturas y territorios.
Los mariscos, como se conoce a la comida de mar, tienen varias ventajas nutricionales, pero también tienen consideraciones en su preparación. Son productos que se deben consumir frescos y limpios, asegurándose de la calidad de los proveedores.
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El camarón es uno de los mariscos más populares y más consumidos, pero su ingesta podría llegar a ser peligrosa si no se lo prepara correctamente. Una de las cosas a tener en cuenta al cocinar los camarones, es la composición de su cuerpo. Los camarones pertenecen al grupo de los crustáceos y son organismos considerados como las cucarachas del mar, ya que su dieta se basa en filtrar la materia orgánica.
El cuerpo del camarón está dividido en tres partes principales: su cabeza, o cefalón, su tórax o pereión, y su abdomen, o pleón. El abdomen de este animal tiene un número variado de apéndices y normalmente tiene forma de pala. También se encuentra una vena negra que representa al intestino y que es donde se almacenan los desechos del camarón, es decir sus heces.
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Para destirpar al camarón se debe retirar la cascara, cabeza y cola, proceder a cortar sobre la línea negra con la ayuda de un cuchillo, palillo o tenedor y al desprender la vena no olvidar enjuagar con abundante agua.