Una lista interminable de artículos publicados hablan sobre la relación que existe entre la contaminación, la salud y el calentamiento global evidenciando que la humanidad se enfrenta cada vez más a enfermedades que, a la larga, podrían provocar incluso la muerte, sobre todo a personas que padecen enfermedades crónicas y a los niños.
Si se consigue que los líderes de los países que más emisiones generan cumplan los objetivos del Acuerdo de París, para 2040 se evitarían 1,6 millones de muertes debido a la mejora de la calidad del aire. Esta predicción procede de un estudio publicado en The Lancet Planetary Health.
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El último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) señaló que durante el último año registrado (2018), la concentración de CO2 en la atmósfera batió todos los récords en la historia de la humanidad. En concreto, la concentración alcanzó 407,8 partes por millón (ppm) en 2018, lo que representa casi el 47% más que el periodo preindustrial, antes de 1750.
La quema de combustibles fósiles libera partículas microscópicas que dañan los pulmones de quien las respira, así como gases con efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global. El Acuerdo de París puso como objetivo evitar que el incremento de la temperatura media global del planeta supere los 2 °C respecto a los niveles preindustriales y buscaba, además, promover esfuerzos adicionales que evitaran superar la barrera de los 1,5 °C. Parece poco, pero para la Tierra tendría un impacto nefasto si las temperaturas siguen subiendo aun en esos niveles.
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En el sitio theconversation.com se señala que en septiembre de 2020, la Comisión Europea propuso elevar el objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 hasta al menos el 55% con respecto a 1990 (el marco actual es del 40%). Esto permitiría, según la Comisión, avanzar hacia una economía climáticamente neutra y cumplir los compromisos de la Unión Europea con el Acuerdo de París.
Para que tenga una idea, los niveles de concentración de CO2 no se daban desde al menos tres millones de años, cuando no existía el humano y la Tierra aún vivía un momento volcánico muy activo.
Global Carbon Project, un proyecto científico que mide las emisiones de todo el planeta dividido por estados, apoyado y financiado por Naciones Unidas, emitió un informe en 2020 y señala que durante 2019 las emisiones de CO2 a la atmósfera -el principal de los gases de efecto invernadero- crecieron el 0,6%. Es decir, en 2019, las emisiones globales de CO2 alcanzaron 3,4 millones de toneladas de CO2 en la atmósfera, un récord que probablemente será superado rápidamente ya que las trayectorias proyectadas no prevén ninguna disminución.
En tanto que el sitio español selectra.com presenta las cifras más recientes de los tres países con las mayores emisiones de CO2. Estos son:
1. China, con 9,8 millones de toneladas de emisiones de CO2.
2. Estados Unidos con 4,9 millones de toneladas de emisiones de CO2.
3. India con 2,4 millones de toneladas de emisiones de CO2.
Alemania es el país europeo con las mayores emisiones de CO2 debido a su gran dependencia del carbón. Así, 1/4 de las emisiones de CO2 de la Unión Europea provienen de Alemania. Francia se escapa del ranking gracias a la energía nuclear, la principal fuente de energía del país.
Mientras que los países que emiten mayor volumen de dióxido de carbono por habitante no suelen tener la misma relación proporcional entre el número de habitantes y la tasa de contaminación que los países de la clasificación anterior. Así se descubre que naciones pocos pobladas, pero con una industria muy fuerte o economías que funcionan gracias a energías muy contaminantes, como el petróleo, son, en términos relativos, más contaminantes.
En esta lista constan (de mayor a menor volumen de CO2 por habitante o huella de carbono per cápita): Catar, Kuwait, Arabia Saudita, Canadá, Estados Unidos, Alemania, China, Francia, España y Tailandia.
Selectra destaca que es importante diferenciar el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (GEI) dividido entre el número de habitantes en este caso, de la huella de carbono. El inventario nacional corresponde a todos los gases de efecto invernadero emitidos en el territorio nacional (emisiones de la producción nacional asociadas a las exportaciones, emisiones de la producción nacional excluyendo las exportaciones y emisiones directas de los hogares), mientras que la huella de carbono corresponde a los gases de efecto invernadero asociados al consumo de un país en sentido amplio.