El sello personalísimo de la máxima autoridad plebeya del Reino Unido es una cabellera rubia, lisa y —sobre todo— abominablemente despeinada. Parecería que Boris Johnson llegara a cada reunión pública traído por algún viento huracanado que lo deposita con violencia a pocos metros de las cámaras de televisión, con tiempo suficiente para que se levante del suelo, se sacuda el polvo y se ubique al frente de las cámaras de televisión que transmitirán sus declaraciones al territorio británico y al mundo.

¿Por qué aparece así? Alexander Boris de Pfeffel Johnson (nacido el 19 de junio de 1964) es como mínimo un personaje llamativo que seguramente se ha dado cuenta de que su desaliñada presencia causa una cierta simpatía que, según una articulista del periódico de origen inglés Financial Times, en cierta manera lo ha ayudado a ocupar, primero, el liderazgo del Partido Conservador, luego, la Alcaldía de Londres y, finalmente, el cargo de primer ministro.

Publicidad

Boris Johnson, primer ministro británico.

Lógicamente, Boris Johnson es un tipo de inteligencia brillante. Y también posee un carisma magnético que en diciembre anterior brindó confianza a un periodista para consultarle el porqué del look de su cabello.

El periodista dijo: “Tu cabello está por todos lados y mi madre quiere saber por qué”. Johnson respondió: “Es algo que tiene que ver con mi cabello, pero puedo decirte que sí lo cepillo... Tengo un cepillo en mi oficina”, recoge el portal msn.com.

Publicidad

El primer ministro, que cumplía actividades oficiales en la ciudad de Bolton, concluyó: “¿Le darás a tu madre todo lo mejor para que tenga una muy feliz Navidad”?

Ese hecho fue reseñado por buena parte de prensa británica, porque el cabello de Boris Johnson es realmente un asunto de Estado.

“Es un arma que ha utilizado persistentemente en el pasado para desviar la atención sobre cualquier atisbo de maldad”, escribieron en la edición británica de la revista Marie Claire. Su aspecto, siempre revuelto y desordenado, le confiere la apariencia de “haber estado trabajando toda la noche”. Su cabello incluso tuvo su propia cuenta de Twitter (@Boris_Hair), una recopilación de sus momentos estelares, publicó el diario español El País, que agregó que romper con las reglas estilísticas vinculadas a la política es una estrategia para acercarse al pueblo.

Pero el cabello no es lo único. La prensa europea se ha hartado de publicar notas sobre sus destartalados atuendos. El diario ABC ha publicado: “Sus trajes, mal cortados, incluyen chaquetas demasiado cuadradas y mangas excesivamente cortas que muestran sus camisas más allá de los puños. Cuando camina o posa de pie, ni siquiera cierra un botón de su chaqueta sino que la deja abierta, bien por descuido o bien porque en ocasiones ni siquiera le cierra”.

Las actividades deportivas tampoco lo favorecen, al menos al escoger atuendos. Foto: Tomada de The New York Times.

Ese medio agregó que sus corbatas suelen ser corrientes, lucen mal colocadas y a menudo arrugadas, y que en no pocas ocasiones se queda sin saco y con la camisa blanca desabrochada, algo que lo favorece muy poco. “Y cuando sale a correr lo hace ataviado con deportivas negras, traje de baño de flores, sudadera verde y alguna gorra ridícula”. El tipo, parecería, mantiene una guerra permanente en contra de la moda.

Todo eso a pesar de que la prensa suele mencionar que su prometida, Carrie Symonds, conservacionista y activista política, lo ha ayudado a mejorar su apariencia. (I)