Las derrotas en la vida de los hombres que marcaron la humanidad tienen mucho que enseñarnos. Quizás eso es lo que motiva al periodista-historiador Roberto Aspiazu a traernos lo que fue una de las hecatombes militares más sangrientas que se han registrado, cuando el emperador de Francia Napoleón Bonaparte y su inmenso poderío militar lo lleva a la conquista de Rusia en 1812. A los 200 años de su muerte, leer la vida de Bonaparte “es leer sobre carnicerías”, me dice mi esposa que nunca pudo terminar una de las más recientes biografías del personaje, porque no podía soportar la magnitud de las tragedias humanas que implicaban sus sueños delirantes.