Días atrás vi en las noticias un reportaje sobre Derek, un bebé de 6 meses que fue diagnosticado con hipotonía muscular y con sospecha de atrofia muscular. Su caso me estremeció tanto que corrí a buscar la cuenta que publicaban para conocer más del tema. Resulta que su tratamiento es el más caro del mundo y solo con el apoyo de mucha gente quizá podría a llegar a reunir los dos millones de dólares que se necesitan.