Godfrey Merlen fue mi profesor favorito en el curso de guías de 1992. Representaba mi ideal de hombre: el científico de barba y cabello largo, de mente clara. Y como ocurre con la gente que admiro, me costaba hablarle. Pero allí estaba yo cuando él impartía una charla, o consultando sus publicaciones. Si alguien sabía de las ballenas de Galápagos era Godfrey, quien con su velero Ratty exploró cada rincón de las islas, logrando la primera figura legal por la protección del océano galapagueño: santuario de ballenas.