La guatita, uno de nuestros platos más sabrosos y populares de la ciudad, un guiso de mondongo en salsa de maní, es una obra de arte al sabor. Su éxito, para mi criterio, se debe a la sencillez del plato, punto de cocción, cremosidad de la salsa y la perfecta combinación de un producto popular no apreciado por la alta cocina como (en otros tiempos) combinado con un fruto tan noble y apreciado en nuestra cultura culinaria como el maní, que no puede faltar en nuestra sazón.