Leonardo da Vinci inmortalizó en su obra maestra lo que fue titulado como La última cena de Jesucristo con los apóstoles. En este domingo entramos en la semana de la Navidad y los preparativos familiares en el mundo tienen ahora un significado especial todavía más fuerte por el año que nos ha tocado vivir.

La convocatoria es a una celebración de la vida, del nacimiento y del renacimiento. De manera muy tradicional, en La Revista lo observamos también como un tema de gastronomía, en el que se destacan los refinamientos de los chefs Alejandro Chamorro y Pía Salazar, con el gran logro de que su restaurante Nuema (Quito) es parte de los 50 mejores de Latinoamérica.

No pueden faltar nuestros columnistas Patricia Baquerizo junto con Santiago Granda con su Escuela de los Chefs y otros invitados. Pero lo crucial en este evento anual es lo que para mí constituye una primera cena, donde la unión —no solo de familiares— es lo que hace vibrar nuestros espíritus con la cercanía de aquellos seres que están ausentes. Por eso en la primera cena se habla de recuerdos, de sueños, de esperanzas. Y cuando están los niños, su calidez es parte del festín, porque los regalos deben ser como un símbolo del cariño y la alegría que ellos nos hacen sentir.

Publicidad

Nuestra portada nos trae la visión de lo que esto implica en diferentes creencias: nunca podemos alejarnos de un sentido comunal de la existencia en los albores del año nuevo. ¡Feliz Navidad, queridos lectores!