No soy feliz, no le encuentro sentido a mi vida, a veces quisiera contagiarme de algo y morir; sin embargo, me cuido porque no quiero arriesgar a mi familia o a mis compañeros de trabajo, quienes supongo quieren vivir. Llevo una vida relativamente cómoda y aparentemente feliz. Tengo 30 años, llevo casada cinco años con un maravilloso hombre de mi edad, con quien tenemos un saludable hijo de 2 años.