A mi hija de 21 años se le detectó en 2016 un quiste de 12 cm en el ovario derecho. El doctor realizó la cirugía y retiró el ovario; el análisis dio negativo para endometriosis. A los 6 meses mi hija empezó a tener molestias y regresó a consulta, donde se vio que el otro ovario tenía un quiste de 10 cm. Optamos por cambiar de médico, el cual determinó que era endometriosis. El quiste fue extraído y el doctor dejó parte del ovario, limpió las adherencias y empezó el tratamiento con un medicamento que poco a poco fue disminuyendo, por los efectos adversos. Desde hace un año he estado informando al médico que el ovario que queda empezó a tener otro quiste, que al momento ya mide más de 3 cm, pero él indica que no hay problema. ¿Estamos haciendo lo correcto? ¿Cómo va a repercutir esto en la salud de nuestra hija? Ella tiene, además, diagnóstico de fibromialgia-lupus.