Con el interminable flujo de noticias urgentes que llevan al límite nuestra salud mental, parece risible hablar de optimismo en este momento. Tal vez le preocupe perder su trabajo, su casa o a un ser querido. Tal vez ya le ocurrió. Tal vez le preocupe su propia salud, y quizá se sienta indefenso o agobiado. Sea lo que sea, el optimismo parece un lujo que pocos de nosotros podemos permitirnos.

Sin embargo, el optimismo no requiere que esconda esos sentimientos de ansiedad. No se trata de sonreír cuando no tiene ganas. El optimismo simplemente es tener esperanza en el futuro, incluso cuando el presente parezca totalmente negativo.

Cognitivamente, esto es un desafío, porque requiere que reconozca sus emociones positivas y negativas a la vez, y que permita que coexistan. Por difícil que sea defender el optimismo en tiempos de crisis, es cuando resulta más útil.

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“Hay un nivel extraordinario de incertidumbre en este momento, y eso produce miedo, desesperación, impotencia y ansiedad, sentimientos que son comprensibles y apropiados en estas circunstancias”, dijo Stephanie Marston, psicoterapeuta y coautora, con su hija Ama Marston, del libro Resiliencia transformadora para prosperar en un mundo turbulento.

Solo tenemos que estar aún más atentos a nuestro estado emocional. Cuando hacemos eso, somos capaces de superar con mayor rapidez nuestro estrés, incomodidad o dolor.

Compasivo con todos

“Una de las claves para volverse más resiliente es practicar la compasión con nosotros mismos y con los demás”, dijo Marston. “Una manera es interrumpir los ciclos recurrentes de diálogos negativos internos”.

Cuando nos encontramos enfrascados en ideas negativas que no nos llevan a ninguna parte, es importante dar un paso atrás para acabar con el ciclo de ansiedad, añadió. “Esto puede incluir tomar una pausa y concentrarnos en nuestra respiración en vez de nuestros pensamientos, cambiar nuestro entorno físico o ayudar a alejarnos de nuestro espacio mental inicial, o tener una conversación con alguien en quien confiemos para conocer una nueva perspectiva al respecto”.

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Sarah Kate McGowan, profesora clínica adjunta del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Escuela David Geffen de Medicina de la Universidad de California, campus Los Ángeles, sugirió idear frases motivadoras para ayudarse a superar momentos difíciles. Podría tratarse de algo como esto: “Puedo resolver esta situación enfocándome en un día a la vez” o “Esto es aterrador, y puedo manejarlo”. Incluso puede escribir esas frases en tarjetas a las que pueda recurrir cuando crea estar atrapado en un ciclo de negatividad, comentó.

La conclusión: es importante reconocer que, en condiciones extremas, todos estamos haciendo lo mejor que podemos, “y necesitamos comprensión, cuidado y cariño adicionales”, dijo Marston.

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¿Qué palabras necesita escuchar para sentirse reconfortado acerca del virus en este momento? ¿Son realistas? ¿Qué medidas debe tomar para protegerse o para ofrecerse algo positivo?

Disfrute las pequeñas cosas

Con pocas opciones para pasar el tiempo durante la cuarentena, quizá descubra que algunas actividades mundanas, como preparar el té o alimentar al perro, se han vuelto extrañamente placenteras. Concéntrese en eso: estas actividades al parecer aburridas y cotidianas pueden ser una distracción bienvenida del torrente de malas noticias.

“En cuanto al comportamiento, sugiero que las personas limiten su consumo de noticias cada día y realicen actividades placenteras”, comentó McGowan. Eso no significa cerrarse por completo a la información, sino consumir esa información de manera más intencional. Podría apartar una hora en la mañana y una en la tarde para mantenerse informado de las noticias del día.

Busque significado

Es fácil caer en un vacío de desolación existencial, ¿y quién podría culparlo? Pero si puede encontrar algún tipo de significado durante una crisis, eso quizá le ayude mucho a lidiar con el estrés.

Viktor Frankl, neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco.

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“He estado pensando en la cita del libro de Viktor Frankl El hombre en busca de sentido: ‘Quienes tienen una razón para vivir pueden soportar casi cualquier cosa'”, dijo McGowan.

Podemos aprovechar este momento para conectarnos con nosotros mismos y con lo que nos parece importante, nuestros valores, lo que aspiramos a ser en el mundo.

En un estudio clásico acerca del trauma, las personas analizadas escribieron sobre sus experiencias traumáticas 15 minutos al día. Quienes pudieron encontrar un significado en sus experiencias informaron sufrir menos estrés, tener más sentimientos positivos y padecer menos enfermedades que quienes simplemente escribieron sobre sus experiencias cotidianas.

“La pandemia puede ser una oportunidad para que la superemos con un sentido mejorado del propósito, así como una mayor compasión por los problemas de los demás”, comentó Marston. En efecto, eso no significa ser ingenuo o insufriblemente positivo acerca de los sucesos actuales. “Pero cuando abordamos este desafío con seguridad o esperanza, es probable que nos vaya mejor y podamos convertir las experiencias difíciles en lecciones importantes”, agregó.

Las acciones altruistas también pueden hacerlo sentir mejor.

“Cuando oye hablar de personas que combaten el virus, ¿puede permitir que eso refuerce la idea de ser parte de una comunidad global?”, preguntó Marston. “Puede ponerse en los zapatos de otros y decir: ‘Así se siente estar vivo en este momento’”.