Es muy común escuchar la frase "eso te puede causar cáncer" y es verdad, muchos alimentos en la actualidad pueden provocar enfermedades terminales si se los consume por mucho tiempo. Según el portal Natural Newss e ha demostrado científicamente que muchos alimentos aumentan sustancialmente el riesgo de padecer cáncer. Además un artículo publicado en la revista Business Insider explicó que cualquier alimento sellado en plástico que esté diseñado para durar meses puede aumentar el riesgo de contraer cáncer.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) por medio de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que es el encargado de clasificar diversos elementos, ingredientes y grupos de riesgo como agentes cancerígenos, define las categorías de 5 grupos de alimentos que pueden generar cáncer, estos son desde productos químicos hasta alimentos.

Grupo 1: procesos industriales y compuestos químicos

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Grupo 2: productos clasificados como probables carcinógenos para el hombre. Este grupo se subdivide en dos:

– 2A alta probabilidad cancerígena

– 2B baja probabilidad cancerígena

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Grupo 3: productos que no pueden considerarse cancerígenos

Grupo 4: Probablemente no es causa de cáncer.

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Un grupo de científicos en Francia investigó que los alimentos procesados pueden generar cáncer. Los científicos no han podido asegurar si el causante es el plástico, el sellado o la combinación. Ahora el portal Natural News ha publicado una lista de alimentos que pueden generar esta enfermedad terminal:

1. Azúcar refinada

El azúcar refinada o azúcar blanca es el término químico para la sacarosa, que es lo que se obtiene de la extracción de la caña de azúcar. Esto es una fuente de energía, la sacarosa combinada con la glucosa del cuerpo genera una reacción química que sobrealimenta a las células. Además no genera ningún tipo de beneficio a la salud; no tiene nutrientes y minerales.

El consumo excesivo de azúcar puede generar muchos trastornos y enfermedades, se la asocia directamente con la diabetes y obesidad; problemas del corazón, higado y riñones; trastornos psicológicos como depresión, ataques de pánico, hiperactividad y en casos extremos adicción a la azúcar.

La mejor forma de sustituir este elemento es tratar con azúcar impura, esto se refiere a la azúcar morena, este es el componente que se extrae de la caña de azúcar antes de someterse al cambio químico para convertirse en blanca, el azúcar morena contiene vitaminas y minerales que son buenos para el organismo. Otra opción puede ser probando con edulcorantes naturales no procesados.

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2. Alimentos procesados

Se considera "alimento procesado" cualquier alimento que pase por una cadena de producción, transporte, venta o consumo realizado con el objetivo de facilitar la vida de las personas e higiene de los productos. Estos alimentos pueden variar como: frutos secos sin cáscaras, hortalizas listas para el consumo, es decir, ya lavadas y empaquetadas. Alimentos congelados o conservados; edulcorantes, saborizantes, conservantes y colorantes; embutidos y alimentos precocidos.

Todos estos productos tienen altos contenidos de grasas o sales que pueden provocar diabetes u obesidad, por otro lado los químicos usados para mantener el proceso de estos alimentos pueden generar enfermedades como el BHA o hidroxianisol butilado, un aditivo para preservar las grasas y utilizado desde panes hasta en medicamentos, este elemento podría llegar a ser tóxico si se consume en grandes cantidades.

Otro compuesto usado en los conservantes son los nitratos que son usados en las carnes procesadas, la ingesta en exceso podría ser cancerígena al igual que el ácido benzoico, empleado en jugos, relacionado con provocar comportamiento hiperactivo.

3. Harina blanca refinada

No todas las harinas se parecen, algunas pueden ser de maíz o de trigo, lo que se puede señalar es que la composición puede ser alterada. La harina refinada o blanca es la más usada y es la que se puede considerar dañina para la salud. La harina blanca pasa por un procesado industrial en el que se crean partículas más finas y pequeñas al eliminar parte de los componentes fundamentales de la harina, como el salvado, el germen y el endospermo. Los dos primeros son los que se suelen retirar para acabar empleando sólo el endospermo.

La harina blanca al perder ciertos compuestos pierde su valor nutricional, esto desemboca en un alto índice glucémico por lo que eleva los niveles de glucosa en la sangre. Una investigación realizada en 1931 por el Premio Nobel de Medicina Otto Heinrich Warburg descubrió que cuando se consume en grandes cantidades de harina, el exceso de glucosa se combina con una molécula llamada IGF (factor de crecimiento similar a la insulina) esta combinación incrementa el crecimiento de las células.

Un nivel alto de glucosa significa que el alimento saciará menos pero tendrá un buen sabor, lo que puede provocar enfermedades como diabetes, cáncer y otras enfermedades cardiovasculares. Esto se puede evitar consumiendo harinas integrales o granos enteros que tienen bajo índice glucémico y mayor cantidad de fibras, lo que ayuda la absorción de grasas y azúcares en el cuerpo.

4. Carnes procesadas

Según la OMS, las carnes procesadas, son cualquier tipo de carne que haya sido pasadas por un proceso para que sea fermentada, ahumada o listas para el consumo en ciertos casos para mejorar el sabor de la carne. La OMS y la IARC clasifican a la carne procesadas dentro del grupo uno o "carcinogénica para humanos". Dentro de esa categoría existen 107 productos que pueden generar cáncer en el cuerpo, en especie de colon o estómago.

Durante el procesamiento se generan productos químicos o compuestos cancerígenos como los hidrocarburos policíclicos. Muchas de las recomendaciones aconsejan a las personas limitar el consumo de carne procesada y carne roja, ya que ambos están vinculados a un mayor riesgo de muerte por enfermedades del corazón, diabetes y otras patologías.

La OMS no es la única que opina que las carnes procesadas pueden generar cáncer, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) ha demostrado que en más de 800 estudios realizados a las carnes se mostró que estas pueden generar varias enfermedades entre esas el cáncer. Además la carne tiene varios químicos como los nitritos, benzopirenos, aminas, sales y ácidos grasos. La OMS no ha confirmado una dosis exacta de carne pero indica no excederse en su consumo.

5. Canguil de microondas

Su fácil preparación suele ser un punto extra al momento de comprar canguil, pero este alimento para ver películas tiene compuestos químicos que están vinculados a diversos tipos de cáncer y podría también generar infertilidad. El diacetilo es el compuesto que se usa para darle el sabor artificial a mantequilla y que está vinculado a enfermedades pulmonares.

También el canguil tiene compuestos perfluorados que se encuentran dentro de las bolsas para que resistan a las grasas y evitan que se filtre el aceite, los perfulados también se encuentran en cajas de pizzas, plásticos para sándwiches, sartenes de teflón y otro tipo de empaques para alimentos. El problema con este compuesto es que se descomponen en ácido perfluorooctanoico (PFOA), una sustancia química que podría causar cáncer. Además ese químico se aloja en el torrente sanguíneo durante mucho tiempo.

Otro ingrediente que es usado en el canguil de microondas es el butilhidroquinona, que se usa para conservar el aceite y que hace explotar en canguil, este químico esta elaborado a base de gas butano que en cierto casos puede causar mareos y en los niños ser detonante de la hiperactividad y síndrome de atención, además de asma, alergias, dermatitis. Cabe mencionar que en las pruebas de laboratorio esta sustancia ha causado cáncer en animales.

De los alimentos mencionados, las carnes procesadas son las que más generan preocupación, pero también existen otros productos como alimentos con colorantes, bebidas azucaradas o bebidas alcohólicas. Dado que las personas siempre buscan los vínculos entre comida y enfermedades, científicos realizan investigaciones o estudios para verificar la relación entre los alimentos y los riesgos de contraer cáncer. (I)