Alguien dijo una vez que la vida era una sucesión de decisiones. Y es que, en casi en todo momento, a veces hasta sin darnos cuenta, estamos haciendo elecciones, una detrás de otra: desde la calle por la que nos dirigimos a un sitio hasta qué pedimos para comer o qué ropa nos ponemos. Sin embargo, para algunas personas el hecho de decidir puede ser extremadamente complejo y hasta agónico.